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  • Guillotina y fiesta en El siglo de las luces
  • Charlotte Rogers

A lo largo de El siglo de las luces (1962), de Alejo Carpentier, la guillotina tiene una presencia amenazadora y carnavalesca a la vez. Desde la primera página de la novela, en la que "la Máquina" se encuentra en camino hacia Guadalupe, hasta el momento en que se convierte en el escenario improvisado para una compañía teatral ambulante, la guillotina juega un papel central en la obra. En su guisa caribeña, la guillotina no es tan sólo un siniestro instrumento de muerte, sino que también es el centro de una fiesta improvisada, una celebración espontánea de la vida en medio de un ambiente de inevitable mortalidad. Esta fiesta en torno a la guillotina será el tema de mi análisis.

"La Máquina," siempre con mayúsculas en Carpentier, está cargada de un significado mítico porque encarna dos impulsos contradictorios de la humanidad: voracidad para destruir la vida humana y escarnio de la muerte, que se plasma en la fiesta. Este último impulso, que afirma la vida, se manifiesta en la naturaleza carnavalesca y teatral de las ejecuciones en Guadalupe, isla que carecía de teatro en la época en la que tiene lugar El siglo de las luces. Me propongo aquí explorar la inusual relación entre la guillotina y la fiesta y explicar cómo estos dos elementos reflejan el más amplio tema de la dialéctica entre la destrucción y la creación en la novela de Carpentier. A continuación mostraré cómo la fiesta en torno a la guillotina imita la fiesta litúrgica tradicional, en la que la estridente celebración disipa las tensiones sociales. Teniendo en cuenta la feroz represión de la Revolución Francesa contra la Iglesia Católica y sus ritos litúrgicos, las celebraciones que tienen lugar a la sombra de la guillotina evocan el carnaval caribeño y [End Page 335] cumplen la función esencial de la fiesta: ofrecer una escena burlesca de frivolidad en el escenario de una muerte auspiciada por el estado y, al hacerlo, afirmar la vida, incluso al tiempo que los personajes son testigos de la muerte. Finalmente, la fiesta en torno a la guillotina es importante porque la proximidad entre la vida y la muerte, entre decapitación y fiesta, evidente en "la Máquina" y sus celebraciones, es un reflejo de la extensa exploración en Carpentier de los ciclos de destrucción y creación típica de su obra.

Hay varias fiestas y numerosas decapitaciones a lo largo de El siglo de las luces, pero tan sólo hay un momento en que ambos eventos ocurren de forma simultánea. Mientras que Roberto González Echevarría analiza la truncada celebración de la Nochebuena en la novela (Fiestas Cubanas 71) y Rita De Maeseneer examina el banquete del "Bucán de los Bucanes," la fiesta en torno a la guillotina en Guadalupe no ha sido objeto de mucha atención crítica.1 Esta breve pero importante escena tiene lugar en el sub-capítulo XXI, hacia la mitad de la novela. Representa un momento de perversa frivolidad en medio de una horrenda violencia marcando así un interludio en la guerra entre dos naciones y una provechosa pausa en la despiadada opresión a los residentes de Guadalupe por parte de las autoridades coloniales francesas. De ese modo, la celebración en torno a la guillotina viene precedida de descripciones gráficas de muerte y sufrimiento durante los sitios de Pointe-à-Pitre y Berville, durante los cuales los franceses luchan por despojar a los británicos del control de la isla. Durante el mes anterior a la fiesta la gente de la isla "vivía en el desastre," (168) muriendo de cólera, sed y cañonazos. Justo tras la fiesta, Victor Hugues, recién nombrado Comisario de Guadalupe, condena a muerte a cualquier persona de raza negra acusada de ser "perezoso o desobediente, discutidor o levantisco" (188). La fiesta en torno a la [End Page 336] guillotina representa, por lo tanto, un breve aplazamiento de...

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