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MLN 122.2 (2007) 294-314

Insolación de Emilia Pardo Bazán:
Intertextualidades y parodias, hacia una escritura de la igualdad1
Barbara Zecchi
University of Massachussets at Amherst
A José

Por medio de un entresijo de discursos paródicos, entre los cuales los más evidentes son los que dialogan con la versión romántica del mito de don Juan de José Zorrilla y con el paradigma de la Carmen de Prosper Mérimée, la novela Insolación (1889) de Emilia Pardo Bazán condensa un múltiple esfuerzo. Asumiendo programáticamente la misma estética de la obra realista de autoría masculina, la escritora gallega supera las connotaciones femeninas—y deconstruye los modelos—del discurso romántico. De ahí que Pardo Bazán se distancie inevitablemente de las autoras de la generación anterior, no tanto, como se ha dicho,2 por falta de solidaridad con las mujeres-que-escriben-como-mujeres, sino por las connotaciones genéricas (o por el inconsciente genérico, para parafrasear a Jameson) del discurso romántico en general.

Sin embargo, a pesar de una estética común, Pardo Bazán se desmarca también de la producción realista de sus colegas varones al [End Page 294] poner su narrativa al servicio del objetivo emancipador de la mujer.3 Pardo Bazán condena los estereotipos que anclan a la mujer a modelos de subordinación y ensalza el deseo sexual femenino, equiparándolo al masculino. Como se verá, desde el mismo nombre que Pardo Bazán elige para su protagonista, Francisca de Asís, la autora apunta con ironía a otro contexto, a otra renuncia por amor. Dentro de este sistema metafórico, el matrimonio al final de la novela no se sitúa como elemento catártico de realización femenina (como parte de la crítica ha pensado), sino como sacrificio y rendición. De ahí que el esfuerzo de Bazán sea doblemente masculinizante (sin ser por eso antifeminista, sino precisamente por su feminismo): por un lado la superación de la feminización romántica de lo literario; por el otro la búsqueda de una voz de defensa de la igualdad, que (malgré Showalter) implica para la mujer de fin de siglo un proceso de identificación de la mujer con el hombre.4

¿Sacrificio o realización?

Veinte años después de La sombra (1870) de Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán recupera el tema del deseo sexual femenino haciendo que aquella "sombra" que perseguía al hombre llevándolo a la locura saliera—literalmente—a la luz en su novela Insolación. La [End Page 295] historia del "desliz" de la marquesa viuda Francisca de Asís Taboada, que desde su aparición animó nutridas controversias,5 desarrolla una parodia del modelo femenino del ángel del hogar y lleva a cabo una enérgica defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, sobre todo en el ámbito del deseo sexual. La novela defiende el hecho de que toda mujer pueda manifestar y satisfacer su deseo y, a la vez, deconstruye los discursos hegemónicos patriarcales que exaltan la conducta asexual de la mujer y que confunden el amor con el deseo.

Cuando aparece Insolación, el feminismo había dado ya sus primeros pasos fundamentales en el mundo occidental, y en España estaba asomándose con las primeras reivindicaciones de emancipación femenina. Sin embargo—desde Benito Feijoo con su Defensa de la mujer (1726) hasta Concepción Arenal, con La mujer del porvenir (1869)6 —todos los esfuerzos protofeministas se habían limitado a la labor de rescatar a la mujer de su inferioridad intelectual y moral. Para rescatarla de su estigma de Eva, se la relegaba inevitablemente al papel opuesto de ángel del hogar. Frente a la mayoría de los discursos de género del antiguo régimen que representaban a la mujer como un ser inmoral, la Ilustración...

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