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  • El cordón de Melibea y los remedios de amor en La Celestina
  • Enrique Fernández

La crítica ha prestado mucha atención al cordón que Celestina obtiene de Melibea para aliviar el supuesto dolor de muelas de Calisto. Así, Deyermond mostró el poder de este objeto sobre los personajes en el muy citado artículo “Hilado, Cordón, Cadena: Symbolic Equivalence in La Celestina”. Otros estudiosos han conectado el cordón con la virginidad de Melibea (Gómez Moreno y Jiménez Calvente; Herrero) y, recientemente, López Ríos ha examinado su tratamiento en La Celestina como parodia del culto a las reliquias en la época. Ahora quiero señalar un nuevo significado del cordón, en concreto el que asume en la escena del acto VI en que Celestina se lo entrega a Calisto. Sostengo que esta escena parodia el remedio o cura de amor de Bernardo de Gordonio, consistente en que una vetula muestre al enamorado un paño menstrual de la amada para que así éste pase a aborrecer a la que hasta entonces adoraba. Aunque evidentemente el cordón no es el pannum menstrualem recomendado por Gordonio, la escena presenta una serie de semejanzas que permiten explotar cómicamente la ambigüedad de una prenda íntima femenina, el cordón, que, entre otros, tenía usos ginecológicos [End Page 79] en la época. El resultado es que una situación que parecía pintiparada para la cura de amor de Gordonio concluye en una agravación del mal de amor de Calisto. Celestina, que encarna perfectamente a la vetula de feo aspecto recomendada por Gordonio para ejecutar esta cura, interesadamente convierte el cordón que podía haber sido medicina en prenda de amor que agudiza aún más la pasión de Calisto. Así interpretada, esta escena se puede añadir a los episodios de La Celestina en que la tradición de los Remedia amoris ovidianos es ridiculizada por la ineficacia y la peligrosa cercanía de sus métodos terapéuticos con el mal mismo que se supone deberían curar.

La parodia de los remedios de amor es parte de la tendencia de La Celestina a burlarse de tradiciones normativas o doctrinales que ofrecen soluciones rápidas a las variadas y complejas situaciones de la vida. Así, Fothergill-Payne mostró que muchos pasajes de la obra escarnecen a los que recurrían a máximas senequistas como soluciones omnibus. Igualmente descalificadas son algunas prácticas del amor cortés. Como Deyermond señaló, la obra se abre significativamente con un Calisto que emplea mal los consejos del De amore de Capellanus al dirigirse a la noble Melibea con el discurso recomendado para abordar a una villana (“The Text-Book”). El uso incorrecto de un texto autorizado que se conoce superficialmente es sólo una de las maneras en que la obra parodia a quienes aplican normas de conducta librescas al mundo real. En otros pasajes de La Celestina vemos a los personajes implementando mal las normas de los textos autorizados no por ignorancia, sino intencionalmente y por su propio interés. Sirva como ejemplo el cambio que Celestina hace de la máxima que recomienda moderación en el uso del vino en el convite del acto 9:

Pármeno.

Madre, pues tres veces [beber vino] dicen que es lo bueno y honesto todos los que escribieron.

Celestina.

Hijo, estará corrupta la letra: por “trece”, “tres”

(205).1

Además de estas crasas alteraciones, la obra presenta manipulaciones más sutiles de textos autorizados. Por ejemplo, en su primera visita a Melibea, Celestina recurre a lugares comunes sobre la vejez y la brevedad de la vida [End Page 80] procedentes de diversas fuentes eruditas. Pero si bien en su contexto original estas frases funcionaban como memento mori para llamar a la virtud, Celestina las convierte en carpe diem que le ayudan a convencer a la joven a que acepte la propuesta de Calisto.

También los remedios de amor constituyen un corpus doctrinal normativo cuya aplicación a la vida real es parodiada en La Celestina. Como en los casos antes vistos, los personajes tergiversan accidental...

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