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  • José Lezama Lima y Lydia Cabrera:Poetas de la Metamorfosis
  • Julia Cuervo Hewitt

la primera aparición de la poesía es unadimensión, un extenso, una cantidadsecreta, no percibida por los sentidos.

José Lezama Lima, "La Dignidad de la Poesía"

La obra literaria de José Lezama Lima y la de Lydia Cabrera dejaron profundas huellas en la literatura cubana del siglo veinte. La obra de Lezama Lima, única en la literatura cubana, pasó a ser conocida en relación al grupo de poetas que compartían nociones estéticas similares y que se agruparon en torno a la revista Orígenes que dirigía Lezama. Lydia Cabrera, por otro lado, pasó a tener un lugar fundamental en las letras cubanas por sus cuentos afrocubanos y sus investigaciones etnológicas sobre las religiones y tradiciones africanas que sobrevivieron en Cuba en el desarrollo de una cultura criolla. Este trabajo explora las posibilidades de un diálogo entre la obra de estos dos escritores, específicamente, entre la estética origenista, en base a conceptos de transformación, cultura y metamorfosis en un sentido lezamiano, y la obra de ficción de Lydia Cabrera. A primera vista parece que lo único que une la producción literaria de José Lezama Lima y la de Lydia Cabrera es la diferencia. No obstante, a pesar de éstas, hubo un momento en que la obra de ambos gravitó dentro de los mismos círculos literarios, en una misma época que coincide con los años de la revista Orígenes (1944-1956), e inclusive desde antes, comenzando fortuitamente en 1936 con la publicación de Cuentos de negros de Lydia Cabrera y de Muerte de Narciso de Lezama Lima. [End Page 83]

El tema afrocubano, tema de toda la obra de Cabrera, y tema que no fue abrazado por la filosofía origenista de los primeros años, especialmente por Lezama Lima, pasó a adquirir un lugar importante en los últimos años de Orígenes, y también en la obra de Lezama Lima como se advierte en los ensayos que dictó en 1957, en La Habana, que se publicaron con el título La expresión americana. Es aquí donde Lezama Lima, para quien cultura es un espacio contrapunteado (La expresión 49), reconoce la aportación fundamental de 'lo africano' en el tejido cultural americano. Lezama hace hincapié en la formación de ese tejido en el barroco americano, un momento, explica Lezama, de contrapuntos culturales pero también de unidad y síntesis: "la culminación del barroco americano, la unión en una forma grandiosa de lo hispánico con las culturas africanas" (La expresión 105-106).1

Sin embargo, la visión de Lezama Lima en 1944 cuando se publica el primer número de Orígenes (revista que, como señala Cintio Vitier, "fue, en gran medida, obra personal de Lezama" (Vitier, Obras xxvi), no revelaba aún una noción clara de lo americano/cubano como síntesis de Occidente y de África, e inclusive descartaba la poesía negrista como representante de lo cubano. Así lo expresa en su Coloquio con Juan Ramón Jiménez en 1937: "Entre nosotros, la poesía cuyo principal hallazgo ha sido la incorporación de la sensibilidad negra y, más frecuentemente, la incorporación del vocablo onomatopéyico, se resiente de haber estado de espaldas a la prueba por nueve, a la que debe responder toda poesía según [Jean] Cocteau, y se ha contentado con la primera simpatía de la prueba orejera".2 Como observa Carmen Cañete Quesada de ese Coloquio, en su brillante estudio sobre El exilio español ante los programas de identidad cultural en el Caribe insular (1934-1956), "Lezama no compartía los gustos estéticos y acústicos ('toques y percusiones musicales') de aquella lírica considerada soez, estridente y 'de espaldas a la prueba por nueve' por no satisfacer el gusto de las élites criollas" (Cañete 120). Para Lezama Lima, como indicará años más tarde en La expresión americana, "solo lo difícil es estimulante" (La expresión 50...

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