Abstract

This article aims to demonstrate how the priority of education in Cuban social policy, from its outset after the 1959 revolution, has privileged women. Statistics clearly chart the rapid increase in educational level and attainment over the decades and the high degree of feminization of higher education and thus the skilled labor force; and today Cuba ranks among the countries with the highest indicators in the United Nations' Millennium Goals with respect to education and gender equity. On the basis of research with youth groups and women, this article analyzes the significance of acquiring educational capital as a strategy for social inclusion, for young women in particular, and it assesses what has been achieved in terms of their social participation and the difficulties that remain with respect to fostering a cultural shift toward more equitable gender relations. The findings are cause for reflection on the impact of this in terms of gender and generation, and the hypothesis that, although generational awareness has changed significantly, that of gender has not, or at best it has changed far less over the generations.

Abstract

El trabajo muestra como la prioridad de la educación en la política social cubana, desde los primeros momentos a partir de la revolución de 1959, ha privilegiado a la mujer, lo que se constata a través de datos estadísticos que dan cuenta del acelerado crecimiento de sus niveles educacionales y de calificación a lo largo de las distintas décadas y la elevada feminización que ha ido alcanzando la enseñanza superior y por consiguiente la fuerza de trabajo calificada, que coloca a Cuba en uno de los países de más elevado cumplimiento de los Objetivos del Milenio de la Naciones Unidas en materia de acceso a la educación e igualdad de género. A partir de investigaciones realizadas con grupos juveniles y con mujeres, se analiza el significado que tiene la adquisición de un capital educativo como estrategia de inclusión social, en particular para las mujeres jóvenes; se valoran los avances logrados en su participación social y las dificultades que aún existen para lograr un cambio cultural que promueva relaciones de género más equitativas. A partir de los resultados se reflexiona acerca del impacto de estos procesos y se concluye con una hipótesis acerca de las dinámicas de comportamiento en Cuba hoy, donde, al parecer, la conciencia generacional ha ido fortaleciéndose mientras la de género parece estancarse o moverse a un ritmo más lento que en generaciones anteriores.

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