Abstract

La obra El Tuzaní de la Alpujarra, de Calderón, despliega ante nuestros ojos el drama vivido en esta comarca granadina a raíz del conflicto que acabaría precipitando la definitiva expulsión de los moriscos de la Península. No obstante, esta obra nos plantea la posibilidad de acercarnos a este asunto desde otra perspectiva. A pesar de que el contexto de la rebelíon de las Alpujarras haga suponer el establecimiento de una diferencia radical entre los dos bandos, la trama de la obra revela la ocurrencia de un fenómeno singular: la ambigüedad mutua entre personajes moriscos y cristianos, la pertenencia cambiable y las posibilidades que de ello se derivan. Este artículo estudia la maleabilidad de identidades, la tenue barrera que divide a unos y a otros, la permeabilidad de la misma y las repercusiones que esta transferencia tiene en el contexto de la última Reconquista. Tomando como punto de partida la sofocante regulación del cuerpo a que Felipe II había sometido a los moriscos (a través de la Pragmática de 1567), Calderón explora un conflicto más cultural que religioso en que la lealtad a la Iglesia y a la Corona se constituye en el principio constitutivo de la convivencia entre cristianos de diferentes bagajes.

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