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Reviewed by:
  • Casandra. El caballero encantado. La razón de la sinrazón by Benito Pérez Galdós
  • Dolores Troncoso
Benito Pérez Galdós. Casandra. El caballero encantado. La razón de la sinrazón. Ed. Yolanda Arencibia. Las Palmas: Cabildo de Gran Canaria, 2011. 668pp.

Este volumen completa la colección Arte, Naturaleza y Verdad, título que es un “guiñohomenaje al Ars, Natura, Veritas que eligiera Pérez Galdós como lema.” Iniciada por Arencibia en 2005, la colección edita toda la narrativa de Galdós en veinticuatro tomos, ordenados siguiendo la cronología de la primera edición y dirigidos “a un lector interesado y no necesariamente erudito”.

Como editora su rigor proviene sin duda de la amplísima experiencia que supone editar los textos de estos 24 tomos –excepto Gloria y La desheredada (ed. de M. P. Escobar), Tristana (ed. de M. J. Domínguez) y El abuelo (ed. de C.E. Hernández)–, después de haber publicado La lengua de Galdós (1987) o haber editado Zumalacárregui (1990). Además de la ayuda que supone tener muy a mano todo el valioso material conservado por la Casa-Museo Pérez Galdós y de la ventaja de ser ella misma, como don Benito, grancanaria, lo que le permite saber sin indagación alguna que términos como “agazajar”, por ejemplo, no son erróneos, sino muy empleados en las Islas en el sentido de “acoger con mimo.”

Para tan extensa tarea, la editora contrató a veintitrés prologuistas de procedencia diversa: doce estudiosos como Geoffrey Ribbans, James Whiston…, ocho escritores como Mateo Díez, Elvira Lindo…, dos historiadores –José Manuel Pérez y Ángel Bahamonde–, un lector –Eligio Hernández–, y prologó ella misma este tomo 24. Aquí afirma Arencibia que “la mirada personal” de los demás prologuistas fue “enriqueciendo” la suya “con perspectivismos múltiples siempre atractivos.” Seguramente es cierto, pero su prólogo a este tomo 24 revela a una seria conocedora del universo galdosiano desde mucho antes de iniciar Arte, Naturaleza y Verdad, colección culminada en 2012 con el último de los cuatro volúmenes más de la colección, subtitulados Pérez Galdós. Teatro, que ella misma dirigió y coordinó desde 2010.

El prólogo del tomo 24 se inicia con un preámbulo (pp. 11–12) donde, además de explicar el cómo y el porqué de la colección, se apoya en Clarín para afirmar la necesidad de leer la obra galdosiana en su totalidad. El resto del prólogo demuestra el aserto en una seria revisión de esa totalidad dividida en tres partes. La primera y más extensa, “Un universo de creación en círculo” (pp.13–32), abarca la creación galdosiana del XIX, desde “La protohistoria” (1861–1870) del “dramaturgo vocacional” que fue el joven Benito, “una pre-etapa […] nada desdeñable y muy iluminadora” que Arencibia conecta con obras posteriores, hasta “El diálogo como estrategia y la vuelta a la novela histórica” (1897–1900), en que considera la técnica dialogal de El abuelo como “la más válida para el objetivismo distanciador” y la vuelta-renovación a la novela histórica que supuso la Tercera serie de Episodios nacionales. Entre ambos extremos, cinco etapas: “El primer paso”, “La novela histórica”, “Novelas sociales de la época”, “Una segunda manera de novelar”, “La irrupción del teatro y la línea de la novela” interrelacionadas.

La segunda de estas partes, “El Galdós del siglo XX o la confusión esclarecedora” (pp. 33–39), subraya la “intensidad progresiva” con que don Benito quiere transmitir su mensaje; en la síntesis de su biografía de estos años (la militancia republicana, el último amor, el [End Page 137] quebrantamiento de su salud hasta la ceguera…) percibe Arencibia “el acicate de la urgencia” que explica esa intensidad, sumada a su siempre característica clarividencia para adecuar el cómo al qué escribir. En esta parte se distinguen dos apartados: “Novela histórica” –la cuarta y quinta series– en la que Galdós entiende que “una historia tan...

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