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YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY EL YO-ÍNTIMO DE DULCE MARÍA LOYNAZ EN TRES POEMAS DESUBICADOS HUMBERTO LÓPEZ CRUZ “El cirujano sembró en mí la astilla de eternidad” Andrés Eloy Blanco en “Autorretrato” (181) ELIO Alba-Buffill se refiere a Dulce María Loynaz como una “cultivadora de la poesía intimista” (107), aplicando el término a una visión global de la poesía loynaciana. Ésta es una de las características liminares que encuentra eco en la obra de Loynaz; no se puede alegar que sea un elemento exclusivo presente en alguno de sus poemarios o de sus escritos en prosa. Años más tarde, Virgilio López Lemus subraya el yo-íntimo en la poesía de Loynaz al decir que “nos atrae no por edulcoraciones idiom áticas o de pobre expresión erótica, sino por su forma llana de expresarse a sí misma, y en ello hallar la poesía” (19). Claro que fue la propia Dulce María la que refiriéndose a la estructura de dos de sus poesías sentenció: “el drama íntimo está perfectamente expresado” (“Mi poesía: autocrítica” 17, el énfasis es mío). Por su parte, el diccionario de la Real Academia Española define la palabra “intimidad” como una zona espiritual íntima y reservada de una persona (1295) pudiendo hacerse extensivo esta definición a todos los vocablos que, de una forma u otra, compartan la misma raíz. Esta explicaci ón puede cotejarse directamente con un subterfugio de interioridad empleado por la poeta que se repite dentro de su escritura. El yo-íntimo de Loynaz se manifiesta en base a ciertos desplazamientos del texto que regresan a exponer un perfil de la poeta al que el lector debe acceder y, además, aceptar si es que desea llevar a cabo una comunión directa con YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY 49 el discurso poético. La poeta entrega su palabra, su sentimiento, y es en esa intimidad que el poema halla su estructura. Hay un dato curioso que merece una atención singular, especialmente si se está interesado en la obra poética de Loynaz. A raíz de otorgársele , en 1992, el premio “Cervantes”1 muchas editoriales se dieron a la tarea de publicar la casi desconocida obra loynaciana. Entre tales publicaciones se encuentra la Poesía completa, editada por César López y con el consentimiento de Loynaz, en la que se reúne todo su quehacer poético hasta la fecha. En otro texto, Pedro Simón, estudioso de la obra loynaciana, incluye como fragmento de una edición titulada por él mismo , Poemas escogidos, tres poemas hasta el momento desconocidos por el público lector. Los agrupa bajo “Poemas dispersos (1955-1958)”. Me refiero a “La hora” (171), “Sumisión” (172) y “La hija pródiga” (173).2 Es bastante significativa la ausencia, tal vez omisión, de estos poemas que han quedado desubicados con relación a entregas previas y a la edici ón de la obra poética completa. Efectivamente, estos tres poemas no figuran en la recopilación que hiciera López ni forman parte de ningún otro poemario publicado antes de recibir el “Cervantes”. El misterio queda parcialmente aclarado cuando, ese mismo año en que salieran de la imprenta las publicaciones anteriores, los poemas en cuestión aparecen en Finas redes, texto de limitada circulación y muy poco conocido entre los estudiosos de la obra de la poeta cubana. Para tener un alcance del silencio que ha rodeado este poemario es necesario notar que Las palabras son islas: Panorama de la poesía cubana siglo XX – una publicaci ón de la Editorial Letras Cubanas – cita tras la edición de Poesía completa dos poemarios loynacianos más: Melancolía de otoño y Diez sonetos a Cristo (63); no obstante, no se menciona Finas redes, pequeña colección casi olvidada.3 50 ROMANCE NOTES 1 El premio “Cervantes” que le fuera concedido a Dulce María Loynaz en 1992 le fue entregado a la poeta en España, por el rey Juan Carlos I de Borbón, el 23 de abril de 1993. 2...

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