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Reviewed by:
  • Letras arrebatadas: Poesía y química en la transición española by Germán Labrador Méndez
  • Alberto Medina
Labrador Méndez, Germán. Letras arrebatadas: Poesía y química en la transición española. Madrid: Devenir, 2009. 502 pp.

Mediada la lectura del monumental trabajo de Germán Labrador, el lector se topa con un significativo silencio. En la sección “Intermedio: El álbum fotográfico” los protagonistas del relato nos contemplan desde fotografías en blanco y negro con una unánime pose: sus miradas confrontan directamente a la cámara y al lector. El flujo crítico queda interrumpido y a la vez hace posible la intensidad de la pausa. Las quinientas páginas del volumen enmarcan, construyen, preservan e iluminan esa pausa. El espacio mismo del libro se torna materialización de su relato. Esta es la historia de una interrupción; la historia, paradójicamente, de un impulso a-histórico, su preservación del olvido. Quienes nos contemplan son en su mayoría jóvenes cadáveres, identificados ya como mártires desde el epígrafe de Castelao que encabeza el volumen, santos malditos situados al margen del tiempo cuyas miradas desde esas viejas fotografías reclaman su derecho a la presencia, su lugar en un relato que se nutrió de su exclusión. [End Page 192]

El riguroso volumen de Labrador construye un corpus y erige, quizá a su pesar, un monumento en el que encuentran cabida las producciones artísticas, fundamentalmente poéticas, marcadas por la droga en los años de la transición española. El autor describe así su proyecto: “La voluntad de este libro es la de trazar una historia del imaginario de la transición española, una cartografía libidinal, un relato que ilumine lo que pasó contando también lo que se quiso que pasase, lo que se temía que ocurriría, lo que se deseaba que ocurriese” (18). La implícita tensión de esas palabras fundamenta el proyecto de Letras arrebatadas. ¿En qué consiste la cartografía del deseo? ¿Cómo iluminar lo que nunca fue?

El monumento no se limita a recordar, crea devociones y fidelidades, respetos y silencios que quizá suplanten los vacíos de la historia. La virtud del relato no radica sólo en la solidez de sus fundamentos, sino también en arrebatar la mirada del lector, solicitar su devoción hacia los mártires.

Los cimientos no pueden ser más firmes: haciendo un espectacular despliegue de lecturas teóricas e históricas, Labrador acude allí donde encuentra sólidos materiales para apuntalar su edificio. Quizá, entre otros muchos, tres referencias, casi inevitables por otra parte, resultan cruciales: el concepto de “literatura menor” de Deleuze/Guattari, el “Pharmakon” derridiano y los escritos de Benjamin marcados por su experiencia con las drogas. Lecturas ajustadas e iluminadoras de esos y otros teóricos preceden un auténtico manual de retórica del texto drogado para dar después paso al meticuloso y extraordinariamente bien documentado relato histórico de la evolución del papel de la droga desde los sesenta hasta el final de la transición. El cuerpo del monumento lo forma primero una exhaustiva tipología de motivos y temáticas del texto drogado en el contexto de la transición española para después dejar paso, precisamente tras aquel “intermedio fotográfico”, a diez individualidades ejemplares.

El rigor taxonómico del texto, desde el mismo sistema de numeración de sus secciones, contrasta con la sostenida pasión de su lenguaje. Esa convivencia es síntoma de la constante oscilación del texto entre la distancia y la complicidad. Letras arrebatadas se debate entre la memoria como ejercicio de legitimación y canonización y el impulso por respetar la voluntad de autoexclusión, resistencia y opacidad de muchos de sus protagonistas. Labrador es perfectamente consciente del problema:

[el acceso al canon de modo póstumo] puede obligar a enfocar esta memoria de un modo solapado, en un pacto donde se desactiva el potencial subversivo de estos discursos a cambio de su eventual inscripción en el registro...

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