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Reviewed by:
  • Un hispanismo para el siglo XXI: ensayos de crítica cultural
  • L. Elena Delgado
Cornejo Parriego, Rosalía, y Alberto Villamandos, eds. Un hispanismo para el siglo XXI: ensayos de crítica cultural. Madrid: Biblioteca Nueva, 2011. 300 pp.

El título de este volumen colectivo implica que su objetivo no es sólo la constatación de unas prácticas críticas concretas, del estado de la cuestión en este momento histórico determinado, sino también una proyección de futuro. Dado que el siglo XXI acaba de empezar su andadura, es sin embargo prácticamente imposible certificar lo que le espera al hispanismo como disciplina académica en veinte, treinta o cincuenta años, aunque los coordinadores de este trabajo quieran presentar esta colección de artículos como mapa de ruta. Como también se deduce de la segunda parte del título, una de esas presuposiciones es que el hispanismo será, ante todo, crítica cultural y abandonará su matriz filológica y literaria. La denominación utilizada de “crítica cultural”, en lugar de la de “estudios culturales” se justifica en base a dos motivos: por un lado, separar lo que se interpreta como la celebración acrítica de la cultura de masas y la despolitización que caracteriza las prácticas de los estudios culturales en el contexto norteamericano, a diferencia de sus predecesores ingleses; por otro lado, se argumenta a favor de un mejor encaje de ese primer término en las tradiciones críticas latinoamericana y española.

La breve introducción de los coordinadores, Rosalía Cornejo y Alberto Villamandos, apunta a lo que ambos entienden como algunos de los puntos claves en esta reconsideración del hispanismo y la posible solución a la situación de “crisis permanente” que parece afectar a la disciplina (11–12). Cornejo y Villamandos mencionan a varios críticos (Carr, Subirats, Epps, Resina, Faaber) que en trabajos recientes y no tan recientes han cuestionado la capacidad del hispanismo para trascender su vinculación con un concepto exclusivo y excluyente de identidad cultural española. Haciendo suyo el reto de J.R Resina sobre cómo hacer de la disciplina un lugar de encuentro para las diferentes culturas del estado español y de Hispanoamérica, los coordinadores sostienen que la respuesta es un paradigma “nuevo, plural y más cercano a la complejidad real del Estado español” así como un hispanismo en clave de diálogo, comprometido con su momento histórico (13). Siendo estos objetivos desde luego admirables y deseables, no dejan de ser contradictorios con lo que es, de hecho, la proyección institucional que desde el propio estado español se sigue dando de lo que es la identidad y política española, que no se plantea desde luego como una relación de igualdad entre las distintas culturas que lo integran, sino al contrario una jerarquía en la que ciertas manifestaciones culturales contribuyen, como mucho, a enriquecer lo que es la cultura española “por antonomasia” que es la escrita en (o traducida al) castellano. No deja de ser curioso, en este sentido, que el único artículo que se ocupa de manifestaciones culturales en lengua no castellana, el de Beatriz Trigo sobre la narrativa gallega bilingüe actual, sea precisamente el más pesimista: un artículo que, utilizando el concepto teórico de brecha de paralaje plantea expresamente la casi imposibilidad de conciliar dos realidades nacionales a [End Page 351] menudo antagónicas. La teoría de Žižek, ya utilizada en el mismo sentido en que lo hace Trigo precisamente en el contexto de otra discusión sobre los límites del hispanismo, es desde luego muy indicada para articular, más allá de ejemplos concretos y puntuales, lo que debería constituir una discusión más profunda sobre la lógica interna de la disciplina. Y es ahí, en mi opinión, donde reside la debilidad de este volumen: en asumir que una serie de estudios individuales sobre textos o autores individuales pueda simbolizar el cambio en la trayectoria histórica de una disciplina o la manera...

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