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COMENTARIOS SOBRE FILMES________________________________________________H_5 importa a Orson es tener algo que decir y no la retórica hueca. Aunque en honor a la verdad casi nunca tiene nada que decir, porque lo que podría decir ya lo dijo en la película anterior. Nuestro autor es obsesivo, peor, reincidente. Es entonces cuando Orson hace uso de la retórica con su repertorio de metáforas del barroco sangriento de William Shakespeare. Y urdiéndolas con un desparpajo y una insolencia maravillosas, saca a relucir sus temas, sus obsesiones más caras. Orson ha pagado caro sus obsesiones. Nunca este showman ha gustado a los productores ni al norteamericano medio, que es casi lo mismo. Orson cree a pie juntillas en esa frase que dice "Por sus fobias los conoceréis". La industria yanqui del merengue filmado sufre de Orsonofobia. Y en todo caso Orson es el hito más seguro de la historia del cine, porque es su hito excéntrico, como dice Cabrera Infante: "todo gira sobre orbe obeso". Una de las obsesiones más poderosas de Orson es la temática del poder. Ha investigado a los poderosos en la gloria y la debacle. Ha estado con ellos hasta la hora de su muerte, ha presentido sus nostalgias, sus recuerdos, ha explorado su memoria voluntaria e involuntaria, ha entrevistado sus sueños, sus enigmas, sus misterios más recónditos como el Rosebud de El ciudadano Kane. En sus películas también está el tema del espejo deformante, multiplicador y está también el erotismo refinado como en La dama de Shangai. Pero el tema más poderoso, el que nunca falta en sus películas, es el tema de la muerte, o mejor de la experiencia de la muerte, o mejor de la predisposición hacia el crimen con su súbito despertar como Macbeth y Ótelo. Y la muerte es el asedio, la seducción constante de Orson, de ahí su sano escepticismo, de ahí su energía, su humor. Frente a la muerte y a su ineludible realidad Orson Welles sigue a Georges Bataille, quiere morir de la risa, angustiosamente. Su risa lo reconcilia y lo subleva, pero no lo releva de tener que morir. La vida adquiere entonces una intensidad antes no entrevista. Hay que vivir fascinado, hechizado, hay que vivir la ficción. La fantasía, la comedia se desata. El lenguaje se hace orgía, Orsogía. Welles vive su cine como un auténtico comediante, como un Aristófanes de nuestro siglo. Dividido entre la seriedad y la risa, Orson Welles: Very Welles. [Festival de Cine Clásico, Universidad Católica de Chile, Oficina de Extensión 1981] CAMALEÓN POR OFICIO - GÉRARD BRACH Cómplice legendario de Polanski, de Ferreri, y más recientemente de Antonioni, Gérard Brach identifica con humor y precisión este oscuro objeto del guión. Enemigo de las reglas y los principios, remite las decisiones de su arte a una mirada realista y cósmica a la vez. (Philippe La Guay, Cinématographe No. 89, diciembre 1982 - Francia) No hay duda de que el guionista de cine cae a menudo en el anonimato y la incomprensión. Tramoyista invisible, da golpes de timón que pueden salvar de un desastre inevitable a un filme. Otras, dando palos de ciego, termina por rematarlo. Más comúnmente lo lleva a tierra firme, o sea, a tierra de nadie. Se dirá con razón que no todos los días se descubre América y que el trabajo del guionista 116______________________________________________CRISTIAN SANCHEZ es levantar la obra gruesa pero nada más. Sin embargo, algunas veces aparece en el horizonte del cine (con menos frecuencia de lo que se querría), uno de esos guionistas con aliento propio que descubren de un golpe las limitaciones y servilismos de un oficio condenado por los fabricantes de películas a una mediocridad interesada; creadores singulares que "arriesgan la vida en cada toque", aunque como el gato tengan muchas vidas que arriesgar. Sumergidos en la obra de otro, se han propuesto removerle las entrañas, abrirle las venas, para dar paso a un torrente ignorado. Es el caso...

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