In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

  • Génesis y poética narrativa del Desengaño quinto (o La inocencia castigada) de María de Zayas
  • Fernando Rodríguez Mansilla

Una constante en la crítica sobre María de Zayas es destacar su afán de presentar historias verdaderas o verídicas. En realidad, tal es un recurso común a varios los narradores áureos. Miguel de Cervantes, Félix Lope de Vega, Zayas y otros tantos novelistas dan a entender a menudo que los personajes y sus acciones son reales (Colón Calderón 16), pero, al mismo tiempo, los anacronismos evidentes u otros desfases en sus narraciones hacen patente que se trata de un cliché. Recuérdese que, en el caso de Cervantes, en particular, la idea de encontrar los “modelos vivos” detrás de los protagonistas produjo toda una corriente de estudios, de raíz positivista, abrazada por filólogos como Francisco Rodríguez Marín y Agustín G. de Amezúa.

En el marco de este lugar común de la narrativa áurea y de la crítica, este trabajo se propone un objetivo doble. En primer lugar, ofrezco una fuente, hasta ahora no considerada, de matiz tradicional para la anécdota del emparedamiento en el Desengaño quinto, también conocido como La inocencia castigada.1 A continuación, pongo este cuentecillo, origen probable del texto de Zayas, en relación con [End Page 255] un aspecto narrativo desatendido hasta muy recientemente en las novelas de la autora madrileña: la elaboración de un relato centrado en el poder del sentido de la vista, maniobra hecha evidente por las constantes alusiones a la mirada (inclusive en sentido figurado) y a su efecto a lo largo de los hechos que nos cuenta la narradora Lisis. Mi interés, más allá de la mera filiación de la anécdota, es resaltar el equilibrio de tradición, modernidad narrativa y mirada crítica en el arte literario de María de Zayas. De allí que, además de revelar una presunta fuente, me interese reflexionar sobre las motivaciones y propuesta narrativa de Zayas, considerando el cuentecillo tradicional y el carácter transformativo e ideológicamente comprometido que tiene la novela. Sostengo esto dado que, a diferencia de otros narradores áureos, la insistencia de Zayas en la susodicha veracidad de lo que narra influye notablemente en el significado de sus textos y así lo ha notado la tradición crítica. Sus novelas, como modernas novelas de tesis, son totalmente dirigidas. La elección de sus argumentos no es arbitraria, puesto que ella esperaba ser juzgada por el carácter testimonial de sus textos. Sin embargo, la narradora de su colección de novelas da fe de su labor de retoque artístico sobre las historias que está contando, ya que es de lleno consciente de la tradición literaria en la que se inscribe su obra:

Si acaso pareciere que los desengaños aquí referidos, y los que faltan, los habéis oído en otras partes, será haberle contado quien, como yo y las demás desengañadoras, lo supo por mayor, mas no con las circunstancias que aquí van hermoseados, y no sacados de una parte a otra, como hubo algún lego o envidioso que lo dijo de la primera parte de nuestro sarao. Diferente cosa es novelas solo con la inventiva un caso que ni fue, ni pudo ser, y ese no sirve de desengaño, sino de entretenimiento, a contar un caso verdadero, que no solo sirva de entretener, sino de avisar.

(199–200)2

Así, Zayas da por sentado que ya existe una historia similar circulando y, en el caso del Desengaño quinto, un cuentecillo tradicional que iría de boca en boca al inicio y luego integraría colecciones de facecias manuscritas cuando no impresas (y de allí marcharía de vuelta al circuito oral). La diferencia fundamental, y en ello reside la veracidad de lo narrado, es que Zayas va a contar la historia de otra forma, restituyendo “la [buena] fama de las mujeres” y refutando la versión masculina paternalista y opresora. Es un propósito que se presenta [End...

pdf

Share