Cervantes y los “discursos de delincuencia:” Don Quijote (I), El curioso impertinente, Rinconete y Cortadillo

para H.T.

En época de Miguel de Cervantes la delincuencia constituye uno de los principales capítulos de la historia social española. En aquellos años, un grupo heterogéneo de figuras produce abundantes escritos de diversa naturaleza sobre este tema, generando un importante debate social. Este conjunto de documentos alcanza su mayor apogeo en las primeras décadas del siglo diecisiete, máximo periodo de ebullición de los espacios urbanos, y que sigue a la profunda crisis finisecular del quinientos y a la llegada al trono del nuevo rey, Felipe III (1598– 1621). Arbitrios, tratados morales, crónicas, memoriales, peticiones y quejas de los vasallos a las Cortes de Castilla, literatura de pliegos, o la continua redacción de leyes, ordenanzas y pragmáticas son ejemplos de este conjunto de obras que ilustra la relevancia del fenómeno de la delincuencia. Al mismo tiempo, la literatura de ficción—cuyos textos nos interesan particularmente en este estudio—juega un papel relevante en estos debates, y son quizás las historias de pícaros las obras más conocidas en este sentido. Proponemos denominar a este conjunto de documentos—en el que insertamos también la ficción—“discursos de delincuencia.”

Bien conocemos la posición de Cervantes frente a los relatos de pícaros, así que proponemos dejar a un lado el término “picaresca” y acercarnos a la obra cervantina como parte de estos “discursos de delincuencia.”² Con esta nueva categoría podemos abordar otros trabajos del autor desde una óptica más amplia que nos permite abrir un campo de análisis mayor y más preciso.³ Evitamos así establecer vínculos entre el corpus cervantino y la novela de pícaros, y que nos llevarían a estudios ya anticuados y superados por la crítica. No podemos negar, sin embargo, que algunas obras cervantinas nos traen inevitablemente a la mente estos relatos, como Rinconete y Cortadillo, La ilustre fregona o El coloquio de los perros, pero es también acertado afirmar que Cervantes amplía considerablemente el repertorio de figuras transgresoras para explorar las múltiples representaciones literarias de la delincuencia. Estamos de acuerdo con Alban Forcione (1984) cuando señala que una de las características más asombrosas de los escritos de Cervantes es la libertad y la originalidad con la que manipula y experimenta con los sistemas genéricos tradicionales de la prosa de ficción (24). No obstante consideramos fundamental la inclusión de la obra cervantina en una intertextualidad que va más allá de lo estrictamente literario o de ficción.

Con este planteamiento, proponemos analizar algunos trabajos tempranos como la primera parte de Don Quijote (1605), Rinconete y Cortadillo (publicado en 1613 en el volumen de las Novelas ejemplares) y El curioso impertinente—novela interpolada en la primera parte del Quijote—en relación a este conjunto de discursos de delincuencia. Intentaremos demostrar cómo, a pesar de tener argumentos, protagonistas y escenarios dispares, estas obras—por su cercanía en el tiempo (todas fueron elaboradas antes de 1606, año del rotundo éxito de la primera parte del Quijote)—contienen similitudes claras en la representación literaria de la delincuencia, o las conductas delictivas de sus protagonistas.

Es cierto que estos discursos difieren en sus formas, y también en sus propósitos. Sus autores son de orígenes diversos, los destinatarios de sus textos son variados, y la circulación de algunos escritos, limitada. Pero todos coinciden en el tema que estudian, describen y denuncian. De diferentes maneras, este grupo de autores muestra una notable curiosidad o atracción, una gran preocupación o malestar frente a los episodios de delincuencia que amenazan la sociedad. Estos textos comparten una figura que, tan diversa como sus delitos, vive y existe en los espacios de la ilegalidad, y en el seno de la sociedad: es la figura del delincuente. La vinculación de la obra cervantina en esta red de trabajos no es casual, sino que con...