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206 LATINAMERICAN THEATRE REVIEW Mijares, Enrique. Espinazo del diablo. Ciudad Victoria: Editorial Tequio, 2003: 320 p. Este volumen recoge nueve obras teatrales del escritor, dramaturgo y director mexicano Enrique Mijares, escritas desde una perspectiva histórica comprometida que logra hacer contrapunto a la historia oficial. Algunas piezas recrean la pequeña historia del mexicano común cuyas vivencias y peripecias a veces captan un titular en la crónica roja, mientras que otras piezas escudriñan la vida de famosos personajes para develarnos a la persona detrás del mito. Las obras, como bien dice Medardo Treviño en la introducción, son “gritos de rebeldía, voces, murmullos, imágenes de México, dramaturgia norteña indudablemente, personajes desolados que gritan al aire su tragedia” (6). La técnica del esperpento, la polifonía y la escisión del personaje en varias etapas de la vida logran crear un caleidoscopio que refleja la compleja experiencia humana, experiencia analizada a través de personajes decrépitos, enfermos, desamparados con los que se confronta la época del éxito y de la fama. Los personajes no son unidimensionales y predecibles, sino imágenes rotas en el espejo que nos muestran diversos aspectos de la experiencia vital y los efectos terribles del inexorable paso del tiempo que aniquila la juventud y borra la memoria. Las obras de Mijares retoman fragmentos de la prensa, de diarios personales y de discursos de los protagonistas con los que logra captar actitudes y explorar de manera más profunda el personaje y el tema tratado. El lenguaje es muy importante para el dramaturgo ya que con él desnuda la demagogia de los políticos y de las autoridades y trata de indagar la verdad eludida. Espinazo del diablo es la pieza inicial del volumen y se sitúa en esta parte de la Sierra Madre, escenario de accidentes, suicidios, crímenes, narcotráfico, y sitio de confrontación entre los madereros – que explotan las riquezas de la región sin ninguna responsabilidad social – y los defensores del medio ambiente que son víctimas de los tejemanejes del poder y la corrupción. Con sus personajes trashumantes y la neblina que oculta el paisaje y muchas veces las intenciones de los personajes, la pieza crea el ambiente de toda la antología, ya que las denuncias no se escuchan, los crímenes no se castigan y la verdad se queda escondida en la niebla. Fanfarria y canto de guerra, con escenas superpuestas, recrea la compleja personalidad de Silvestre Revueltas: niño, adolescente, revolucionario, loco y finalmente convaleciente, acosado por el alcohol. Frida Kahlo es el personaje recreado en Árbol de la esperanza (premio Emilio Carballido 1995). Nutriéndose del rico legado artístico de Kahlo, las diversas escenas son un recorrido por la obra y el diario de la pintora. Las letanías del Espinazo recrea la vida de un santón y curandero que se hizo famoso en la región y a cuya casa acudía gente del pueblo buscando curación para sus enfermedades, políticos buscando guías, almas tristes buscando consuelo. SPRING 2006 207 Mijares recoge las voces del pueblo en forma de letanías que nos informan del malestar personal, social o político y que expresan el pulso y el sentir de la nación. Ave del paraíso se centra en la vida de Dolores del Río y se sitúa en la plaza central de Durango, poblada de mendigos, vagabundos y locos. Los maniquíes de las vitrinas completan este mundo alucinado en el que cada cual tiene una postura, una cara pública y una angustia interior que los consume. El maniquí es la máscara que cubre la tragedia. El mismo dolor recrea la tragedia de dos adolescentes violadas, haciendo eco con las violaciones y los asesinatos recientes de Ciudad Juárez. La pieza es una denuncia de la ineficiencia e indiferencia de las autoridades para castigar este tipo de crímenes ya que generalmente se culpan a las mujeres de provocarlos. En forma de letanía se enumeran los prejuicios sociales en contra de la víctima: “Tú te lo buscaste. Eso te pasa por...

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