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  • Lázaro de Tormes de Fernando Fernán-Gómez: Hacia una lectura postnacional del Lazarillo de Tormes
  • Fernando Rodríguez Mansilla

Este trabajo se ocupa de analizar la más reciente versión cinematográfica que ha merecido el Lazarillo de Tormes (1554) en el cine español: Lázaro de Tormes (2001) de Fernando Fernán-Gómez. El punto de partida del análisis son las adiciones, modificaciones y supresiones que se realizan en el hilo argumentativo de la película frente a la historia original del pícaro salmantino. De esa forma, se comprenderá la manera en que Lázaro de Tormes nos brinda una interpretación del libro que se sitúa en el marco ideológico crítico contemporáneo y recoge las ideas de la crítica lazarillista vigentes al momento de su producción: se detiene en el cinismo de Lázaro, en el retrato de una sociedad corrupta y en la exaltación de la cultura carnavalesca que recorre el libro (comer, beber, fornicar, etc.), asuntos que han explorado críticos como C. Guillén, F. Rico o H. Sieber, cuyos estudios, ya clásicos, han sido seminales y han determinado la manera en que se lee el Lazarillo en la actualidad.1

En este aspecto, el proyecto de Fernán-Gómez testimonia una labor hermenéutica que ha llevado a cabo la crítica en torno a la obra, con lo cual el filme se convierte en portavoz de aquella y en menor medida del texto. También su predecesora, la película de César Fernández Ardavín, surgida en pleno contexto franquista (El Lazarillo de Tormes [1959], la cual abordaremos puntualmente en la última parte de este trabajo) lleva a cabo esta operación con postulados críticos en boga en la España de mitad del siglo pasado. En última instancia, el contraste entre los proyectos de Fernández Ardavín y Fernán-Gómez [End Page 81] evidenciará de forma más patente el paso, en términos de producción cultural, de una España franquista, en la cual se elabora un discurso católico y nacionalista con propósitos aleccionadores, hacia una España postnacional, en la que otros valores entran en juego.

Empecemos, entonces, por las adiciones presentes en la película de Fernán-Gómez. Lázaro de Tormes empieza con el protagonista, Lázaro, siendo juzgado. Ciertamente esta escena no existe en la obra original, pero ha sido intuida por la crítica moderna lazarillista: el discurso narrativo del anónimo de 1554 adopta el modelo de una deposición judicial o una confesión ante el Santo Oficio. En las confesiones, sean orales o escritas, dirigidas a la Inquisición “se diseña un itinerario, sobre todo exterior, como explicación o justificación de una situación dada” (Gómez-Moriana 63). En el filme, el “Vuestra merced” de la novela se ha trocado en el tribunal que va a juzgar a Lázaro y debe escuchar la historia de su vida. Esta escena, la cual articula toda la película (pues a partir de ella se organizan los flashbacks que constituyen el relato), no existe en el libro, pero la crítica la postuló como el marco que genera la autobiografía del pícaro, muy vinculada con el “caso” que el protagonista declara va a contar en su prólogo (Rico 5–7). En Lázaro de Tormes el “caso” es evidentemente el ménage à trois que componen Lázaro, su esposa (que en la película se llama Teresa) y el arcipreste, su último amo. Quizás conviene recordar que la crítica moderna solo descubrió el “caso” entendido como el susodicho ménage à trois gracias a un artículo de Francisco Rico de 1966, titulado “Problemas del Lazarillo”, cuyos postulados se incorporaron en el rotundo La novela picaresca y el punto de vista. Antes de este trabajo, que bebe de los hallazgos del formalismo ruso, nadie había considerado el problema de la infidelidad como germen del relato.

Vista así, la estructura de la película sigue a pie juntillas...

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