Que es una línea espiral,/no un círculo la armonía. Ironía y disonancia en un romance de Sor Juana

El romance que Sor Juana escribió "A la Excelentísima Señora Condesa de Paredes, excusándose de enviar un Libro de Música; y [que] muestra cuán eminente era en este Arte, como lo prueba en lo demás", alberga dentro de sí dos importantes tópicos. Por un lado, contiene una sarta de elogios a los virreyes y por otro es una respuesta a una solicitud que, María Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, condesa de Paredes de Nava y marquesa de la Laguna, virreina de la Nueva España, le hace a Sor Juana para pedirle que le envíe el cuaderno sobre teoría de la música en el que la Marquesa sabía que la jerónima había estado trabajando.

Uno de los entretenimientos favoritos en las cortes virreinales del siglo XVII estaba relacionado con la retórica del elogio. Sólo así podemos entender la proliferación de panegíricos, poemas laudatorios, poemas "al merecido aplauso" o a la "fama" de algún miembro destacado de la sociedad colonial. La poética del elogio cuenta con una serie de tópicos y reglas que podemos encontrar codificados en las artes retóricas y en los manuales para versificar que circulaban entre los discretos cortesanos y que les servían como apoyo para el lucimiento del intercambio de exaltaciones y galanteos propio de la vida de la corte.

Sor Juana no fue ajena a estas prácticas, y prueba de ello es la abundante serie de poemas laudatorios que escribió, ya por encargo, ya por motivación propia, a lo largo de los años que vivió, tanto en Palacio como desde la clausura que le imponía el Convento de las Jerónimas de la Ciudad de México. Es por eso que contamos con un importante número de poemas sorjuaninos escritos para la celebración de "los años" de los inquilinos de Palacio, para conmemorar la llegada de los virreyes o con motivo de las diversas fiestas religiosas o cortesanas con las que se recreaba la sociedad colonial. Escribió para los grandes de su época una larga serie de poemas laudatorios que provocaron la admiración de sus contemporáneos y la llevaron a ser considerada como la Fénix de la Poesía. En ellos recurre constantemente a términos metafóricos en los que el sol, los astros y todo género de figuras geométricas y celestes, apoyan la construcción de la retórica del elogio que desde el convento le permitió alternar con la corte virreinal de la Nueva España. Es una práctica de la que, en el caso de Sor Juana, se podría dar un sinfín de ejemplos, pero baste con un extracto del romance que escribió, En cumplimiento de los años del Señor Marqués de la Laguna, Virrey de México . . .² en el que la poetiza ensarta una serie de figuras con las que conecta la estirpe del Marqués con las esferas celestes.

    hoy es el día feliz,en que vuestra edad ha dadoal orbe de vuestras gloriastantos círculos de rayos [. . .] (vv. 5-8)    Hoy del cielo de Medina en el Oriente más claro,en cuna de luz, os dieronalta progenie los Astros [. . .] (vv. 17-20)    De el Sol obsequioso os sirvanlos resplandores templadosque quien nació entre laureles,mal puede temer los rayos [. . .]

(vv. 61-64)

Si por un lado, el orbe, el cielo el sol y los astros son el "dichoso espacio" habitado por el Marqués, las imágenes lumínicas que pueblan el romance de "círculos de luz, de resplandores y rayos" califican al festejado. Incluso, hasta el envío de un ato de papeles o de un pequeño regalo solía ir acompañado de un poema en el que se elogiaba la grandeza, la bondad o la sabiduría del destinatario. Pongo a manera...