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  • Discursos coloniales: Texto y poder en la América hispana ed. by Pilar Latasa
  • María E. Mayer
Latasa, Pilar, ed. Discursos coloniales: Texto y poder en la América hispana. Madrid/Frankfurt: Iberoamericana/Vervuert, 2011. Pp. 190. ISBN 978-84-8489-613-5.

Los estudios sobre la forja de un “discurso criollo” durante la época virreinal surgieron en la década del 1990 auspiciados por las publicaciones de Bernard Lavallé (Las promesas ambiguas: Ensayos sobre el criollismo colonial en Los Andes [1993]), Rolena Adorno (“Reconsidering Colonial Discourse for Sixteenth and Seventeenth Century Spanish America”, Latin American Research Review [1993]), y su colega de Yale, el neohistoricista Roberto González Echevarría (Myth and Archive: A Theory of Latin American Narrative [1990]). Dieron pauta a que se reexplorara la sociedad poscolombina hispana, a cuyas figuras clave los académicos trataron de reubicar por medio de la categoría de “discurso”. A lo largo de cuarto de siglo fueron distinguiendo variantes del “discurso”: el descriptivo y sistematizador (Colón, Fernández de Oviedo, el Padre Acosta); el cuestionador o problematizador (Cabeza de Vaca, Sahagún, Sarmiento de Gamboa); el pragmático y compensativo (Bernal Díaz); el de justificación del poder (Gómara); el de ampliación participativa de sectores de la sociedad virreinal como los criollos y los indígenas nobles (Francisco de Terrazas, Balbuena, Chimalpaín, Wamán Poma de Ayala); el de crítica del poder ya sea directa o subalterna, ya española (Las Casas, Mendieta, Arias Saavedra, Mexía Fernangil, Carrió de la Vandera) o criolla (Caviedes, Sor Juana, Sigüenza y Góngora, F. Servando Teresa Mier, Fernández Lizardi); el impugnador, ya sea vasco (Lope de Aguirre), indígena (Túpac Amaru) o criollo (Bolívar, Manuela Sáenz); el integrador y globalista (Clarinda, el Inca, el Padre Clavigero, el arzobispo Benito Moxó, los neogranadinos Caldas y Mutis, el mulato dominicano P. Antonio Sánchez Valverde), entre las muchas clasificaciones que produjeron discusión. Va resultando evidente que los logros de este enfoque “discursivo” ameritan una evaluación. Así es particularmente útil este libro editado por Pilar Latasa, del grupo GRISO de la Universidad de Navarra, dirigido por Ignacio Arellano. Gran parte del acierto que constituye esta compilación, basada en una conferencia en la John Carter Brown Library, son los especialistas internacionales que colaboraron en el proyecto.

El enfoque de Discursos coloniales: Texto y poder en la América hispana es de amplio espectro temático, cubriendo a figuras de ambos virreinatos y del Caribe de los siglos XV–XVIII. El “discurso” es el concepto englobante que permite conectar la variedad de temas así como de enfoques interdisciplinarios y comparativos, aunque el libro no se aboca al enfoque teórico del neohistoricismo, de donde proviene el reciente uso del término “discurso”. “Las diversas contribuciones . . . tienen en común el análisis, a partir de textos diversos, de la forja de un discurso dominante en la América hispana colonial” (9), dice la editora en su introducción. En esta, el criterio predominante parece ser el de promover la variante del “discurso integrador”: por ejemplo, en “El bautizo del Nuevo Mundo. Hacia una tipología de la temprana toponimia americana”, la principal aportación de Ángel Delgado Gómez es evidenciar “una novedosa concepción política integradora del Nuevo Mundo con el Viejo”; Jesús Usunáriz propone “una historia hispánica integradora . . . que nos permita entender el imperio en su globalidad”; también, el ensayo sobre Clavigero de Adorno, que abre la compilación, integra el “arte gráfico” de la Historia antigua de México a la pintura de Velázquez y a la neoclásica de los jesuitas, cuya intención didáctica absorbió el exiliado novohispano.

Como principio organizativo del libro, la “forja del sujeto colonial dominante” presupone cierto proceso de integración, si es que el sujeto logra establecer su dominancia y que la Corona le compense, como lo intentó Ponce de León a través de una capitulación antes de partir a la Florida, como describe Raúl Marrero-Fente en su contribución a esta colección. Fernando Rodríguez...

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