La previa muerte del lugarteniente Aloof (review)

Álvaro Pombo (Santander, 1939) es miembro de la Real Academia Española, poeta y novelista. En este último ámbito, Pombo ha sido capaz de crear una voz propia y peculiar, donde sus estudios filosóficos nunca pasan desapercibidos. La originalidad y calidad de sus novelas han sido reconocidas por premios tan importantes como el Herralde de Novela, el de la Crítica o el Nacional de Narrativa, por citar solo algunos.

Tras la publicación de La previa muerte del lugarteniente Aloof, la obra narrativa de Pombo se acerca a la veintena, lo que no impide que su prosa siga sorprendiendo al lector con una estructura experimental que obliga a la reflexión constante. Esta novela corta está plagada de guiños a la crítica literaria (con la que dialoga y a la que, en no pocas ocasiones, satiriza). Durante todo el texto se alternan partes en cursiva y partes con una grafía normal. Las primeras pertenecen al diario del lugarteniente Aloof, quien narra sus aventuras ulteriormente; las últimas, en cambio, refieren a la voz de un narratólogo que teoriza sobre los distintos fragmentos de dicho diario. El lugarteniente tiene mucho de postromántico en su vitalismo dionisiaco (recuerda al Marqués de Bradomín de Valle-Inclán). Por el otro lado, el apolíneo profesor universitario retirado, que analiza el texto desde una perspectiva académica, acaba cayendo en la falacia autobiográfica que él mismo critica al intentar rastrear las huellas textuales de Aloof más allá del propio texto. Esto se problematiza todavía más si tenemos en cuenta que el propio profesor es parte del texto ficcional que está intentando deconstruir, por lo que llegamos a una especie de neohistoricismo, donde los límites entre lo histórico y lo ficcional se diluyen en la textualidad que caracteriza a ambos discursos y de la que no pueden escapar. Quizá esta manera de engarzar lo dionisiaco y lo apolíneo en un diálogo entre vitalismo y racionalismo no sea sino lo que Ortega y Gasset—cuyas teorías no le son para nada ajenas a Pombo—llamaba "razón vital", pues son elementos inseparables que nunca se manifiestan puros.

En este libro abunda la intertextualidad filosófica, lo cual es una constante en gran parte de la novelística de Álvaro Pombo. En este caso específico tenemos, además, referencias a escritores y críticos literarios españoles actuales, como Arturo Pérez-Reverte, Javier Marías, José-Carlos Mainer o Darío Villanueva. En lo que respecta a la filosofía, Pombo dirige su mirada hacia el pensamiento contemporáneo occidental, con menciones a Heidegger, Althusser, Ortega y Gasset, Spinoza o Sartre, entre otros.

En La previa muerte del lugarteniente Aloof, salen a la luz muchas de las cuestiones más candentes del debate narratológico actual, entre las que destacan el sentido y los límites de la entidad responsable de la narración, la focalización de lo narrado, el proceso selectivo de toda creación textual, los silencios, o la memoria no fiable que cambia en el tiempo, pero sin la cual es imposible narrativizar para dar sentido a experiencias inconexas (lo que posibilita la emergencia del yo). En esta última paradoja, se asienta el eje de esta novela. Es la eterna problemática del narrador que se narra a sí mismo y, al hacerlo, emerge su yo al conectar, mediante la memoria, varias experiencias selectivas y nemónicamente manipuladas; pero se trata de un yo textual y, por ende, ficcional. Esta paradoja ontológica y metaficcional es muy del gusto de Pombo: el sujeto es una construcción imposible, pues al tener conciencia de sí se aniquila, pues se convierte en objeto de conocimiento de sí mismo. Debemos entonces, si queremos salir de dicho círculo, abandonar la dicotomía filosófica moderna entre sujeto y objeto, y pasar a teorías constructivistas donde un objeto no es más que la...