Historias contadas por Pura (review)

Al sur de la actual provincia cubana de Matanzas se encuentra la Ciénaga de Zapata, uno de los mayores humedales de las islas del Caribe. A pesar de su cercanía a ciudades como Cienfuegos y la propia capital provincial, Matanzas, y de no hallarse muy distante de La Habana, durante la mayor parte de la historia de Cuba fue un lugar inhóspito y apenas poblado por algunos carboneros y contrabandistas de todo tipo: durante los tiempos de la esclavitud, por sus costas llegaban numerosos alijos de africanos que entraban burlando los tratados internacionales que prohibían ese infame tráfico humano.

Por esas mismas costas se produjo en abril de 1961 la conocida invasión de Bahía de Cochinos organizada por el gobierno de Estados Unidos para aplastar la revolución, derrotada en menos de setenta y dos horas. Hoy la Ciénaga tiene varias instalaciones turísticas y buenas vías de comunicación terrestre, y su población ha crecido con atención médica, escuelas y una vida cultural activa.

Allí nació Pura de Armas, ochenta años antes de que el geógrafo, antropólogo y editor Ernesto Chávez diera a conocer sus recuerdos de infancia en este libro. Fue en 1924, en una finca dedicada al cultivo de la caña de azúcar. Era la tercera de siete hijos, pero la primera de las hembras, lo cual determinó su lugar en la familia: atender las múltiples tareas caseras, incluyendo la crianza de sus hermanos menores, y acompañar a su madre por los caseríos y poblados cercanos en busca de limosnas para mitigar las necesidades familiares.

Como tantos niños campesinos de su época, Pura cambió de residencia con frecuencia: sus padres buscaban la mejoría de vida que nunca llegaba o el padre se quedaba sin trabajo como carbonero y jornalero agrícola sin tierras.

Los recuerdos de aquella vida conforman este libro, que a través de catorce capítulos narra las andanzas familiares, los oficios del padre, las casa en que habitó, los juegos, la alimentación, las ropas que vestían, la medicina natural que practicaban, las creencias religiosas y los saberes y aventuras con los animales del entorno. El último capítulo cierra la obra con el momento dramático, tan frecuente en la Cuba de la primera mitad del siglo XX: el desalojo de la familia de su vivienda, a la fuerza, por la Guardia Rural. Se trata, pues, de un libro imprescindible para los estudios antropológicos del medio social cubano prerrevolucionario.

Ernesto Chávez, con inteligencia de antropólogo y finura de escritor, inicia el libro con una breve presentación en la que explica qué era la Ciénaga de Zapata y expone las líneas esenciales de su método de trabajo con la testimoniante, que buscó entregar al lector la sencillez y candidez de la comunicación infantil para ofrecer una memoria fabulada por el paso de los años, ya sin las inflexiones y locuciones propias de la cenaguera, pero veraces en su esencia, más con la poesía del habla de Pura, quien es improvisadora de décimas, versos de diez sílabas y peculiar rima empleada desde hace siglos en las zonas rurales cubanas de manera espontánea.

Véase, por ejemplo, la síntesis de la vida de Pura narrada en la primera de las décimas que Chávez sitúa al comienzo de cada capítulo:

Cuando nací no teníaMás amor que el de mi madre, Y a mi cariñoso padreQue humildemente quería.Yo de nada conocía, Pues cenaguera nací,Y solamente yo viFango, montes, y lagunas, Porque pañales ni cunasEso nunca conocí.

Historias contadas por Pura fue el texto ganador en el año 2006 del premio especial María Luisa Lafita, dedicado siempre al tema de la mujer, dentro del...