In Memoriam Dr. Roy Simon Bryce-Laporte (1933–2012)

Photo courtesy Colgate University

Conocí a Bryce-Laporte por primera vez en agosto de 1977. Estábamos en Cali, Colombia en el acto de Inauguración del Primer Congreso de Cultura Negra de las Américas. En la mesa principal estaban sentados Manuel Zapata Olivella, presidente impulsador de la iniciativa, Roy Simón Bryce-Laporte, secretario, y los vocales Eulalia Bernard de Costa Rica, Olivia de Avellar Serna de Brasil y Wande Abimbola de Nigeria.

A medida que se desarrollaba el Congreso, la figura de Bryce-Laporte, me fue llenando de orgullo, puesto que era un afropanameño, que se hacía merecedor del respeto académico de las destacadas figuras de todo el Continente incluyendo el Caribe, que se habían dado cita en esta histórica reunión de negros.

No fue entonces casualidad, que además de ser parte de la mesa Directiva del Congreso, también había de ser Presidente de la Comisión de Filosofía y Afectividad del Congreso, asesorada por la investigadora venezolana Angelina Pollak-Eltz. Esta comisión recomendó acciones importantes como:

“Que se llame la atención a la población de las Américas, acerca de crear una solidaridad universal con la lucha por la liberación integral de los pueblos negros de las Américas. No obstante no debe olvidarse que la liberación del pueblo negro tiene que partir fundamentalmente, de su propio esfuerzo, lo cual no quiere decir que se rechace la ayuda proveniente de otras fuentes. Se enfatiza que el futuro del pueblo negro debe estar ante todo en sus propias manos, hacia los cuales es justo que revierta la parte proporcional de la riqueza que su trabajo aportó a sus países” (Ver Memorias Primer Congreso Cultura Negra de las Américas, UNESCO, Fundación Colombiana de Investigaciones Folklóricas, 1988).

Igualmente recomienda el Congreso la necesidad de realzar “el reconocimiento del importante papel histórico de la esclava negra en su continua lucha por la libertad, como también en asegurar la supervivencia de su raza. Más aun se desea que el Congreso proclame a través del hemisferio las contribuciones esenciales que la mujer negra ha hecho y continúa haciendo al desarrollo estético y económico del nuevo mundo. Además se pide a los hombres negros de todo el mundo reconocer que el logro de un mundo renovado, caracterizado por una vida más significativa para la familia negra, y la sociedad en general depende en gran parte de la liberación de la mujer negra, del peso impuesto por el estereotipo doble, que circunscriben su existencia a las funciones de objeto sexual y reproductor.

En otro ángulo a través de la Comisión presidida por Bryce-Laporte, el Primer Congreso de Cultura Negra de las Américas también recomienda “Que se solicite a las organizaciones mundiales e internacionales y a las instituciones científicas dedicadas a la investigación histórica, que creen fondos permanentes y otorguen ayudas especiales, para realizar en los archivos, investigaciones concretas sobre la presencia del hombre y las culturas negras y sus respectivas influencias en las Américas”.

Por otro lado, el evento concuerda que se establezca el intercambio entre grupos sociales, instituciones e investigadores, cultivadores y amantes de la cultura negra a través de sus distintas manifestaciones (economía, historia, folklore, literatura, religión, etnia, tecnología, pensamiento, etc., según Memorias Primer Congreso Cultura Negra de las Américas).

Un aspecto importante de mis relaciones iniciales con Bryce-Laporte, en el marco del Congreso, tiene lugar cuando la delegación panameña conformada por el historiador Armando Fortune, el escritor Rogelio Sinán, y los académicos Walter Chandler, Aminta Núñez, Coralia Llorente, Alberto Smith Fernández, Faulkner Watts, residente en los Estados Unidos, y yo, preparamos la resolución de apoyo a la lucha panameña por la Recuperación del Canal de Panamá, que fue aprobada por el Pleno del Congreso y que en sus enunciados resolutivos señala...