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Reviews271 yo cerca muriese': An Occasional Meditation on a Conceptista Theme,» Elias L. Rivers' «Some Ideas about Language and Poetry in Sixteenthcentury Spain,» L.J. Woodward's «Hebrew Tradition and Luis de León,» and Anthony N. Zahareas' «The Historical Function of Art and Morality in Quevedo's Buscón.» In short, one may give high praise to the volume by judging it a fitting tribute to Professor Parker. Edward H. Friedman Arizona State University NAVARRO GONZÁLEZ, ALBERTO. Calderón de la Barca: de lo tràgico a ¡o grotesco. Kassel: Ediciones Universidad de Salamanca, Edici ón Reichenberger, 1984. Tela. 176 págs. Recoge Navarro González en este volumen varios trabajos suyos sobre Calderón, procedentes de «los cursillos, conferencias y ponencias que impartí y presenté en diversas Universidades y Congresos, así como estudios ya publicados con más o menos variaciones y otros que ahora ven por primera vez la luz pública» (pág. 4). Este disperso origen del libro se hace notar en la heterogeneidad de los temas que trata, y en la ausencia de una tesis central o enfoque específico que le dé cohesión. Su car ácter docente, por otra parte, se percibe en la tendencia a empezar los análisis al nivel más elemental y descriptivo, lo cual no deja casi espacio para la presentación de nuevos puntos de vista sobre comedias específicas o sobre los temas que se estudian. Poco hay de interés para el especialista en este volumen. Estimo, además, que el loable empeño de lograr que Calderón deje de ser «él peor conocido de nuestros grandes escritores » (pág. 169) es algo que ya se ha conseguido. Quevedo y Gracián son, en mi opinión, los escritores del Siglo de Oro más necesitados de una revisión crítica. Tal vez la tesis más interesante de Navarro González sea que tanto lo trágico como lo grotesco en Calderón son reflejo del pueblo español del siglo XVII: «Calderón, en efecto, escribía sus aplaudidas comedias y autos repletos de cómicas y trágicas situaciones y de personajes atormentados y quejosos de la fortuna, y a la vez confiados en la fuerza de su razón, de su valor y de su libre albedrío, porque sabía que ante sí tenía un público que, amante de la belleza y de la fiesta, en gran parte se 272BCom, Vol. 37, No. 2 (Winter 1985) sentía también poderoso, apasionado y alegre, y a la vez perplejo, atormentado y quejoso de su fortuna, que no de la Providencia» (p. 24). En apoyo de estas aseveraciones el autor aduce una serie de textos que comprueban la afición teatral de los españoles de la época. Desde luego, hace falta explicar más convincentemente el por qué de esa afición, y hacer un análisis más minucioso de los valores de los españoles (¿de cuáles, los de las ciudades?) de entonces y los que el teatro hace visibles en el escenario. No explica tampoco la tesis de Navarro González por qué Calderón escribe una comedia burlesca tan paródica y autoparódica como Cèfalo y Pocris, con cuyo estudio cierra el libro. Sin embargo, llamar la atención sobre este interesante experimento poético y dramático de Calderón es algo que debemos agradecer al autor (que ha editado esa comedia). Lo grotesco, tanto en Calderón como en Cervantes y los grandes pintores del Siglo de Oro, sin duda reflejaba predilecciones del público al que se dirigían. Pero sobre todo obedecía a una evolución de los presupuestos estéticos de esos artistas provocada por cambios profundos y premonitoriamente modernos en el concepto de la epistemología y la expresi ón. El Barroco no fue un arte retrógrado, sino la manifestación plástica en el mundo hispánico de dudas y experimentos que en otros ámbitos tomaron un cauce filosófico. Roberto González Echevarría Yale University GREGG, KARL C. An Index to the Spanish Theater Collection in...

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