Contra la suspensión de la mirada crítica: reflexiones sobre la persistencia del conflicto capital/trabajo en la cultura contemporánea española

"En general, cuando analizamos una relación de dominio, prestamos atención a las armas, a las instituciones y al lenguaje, olvidando que todas las jerarquías se deciden también, y se refuerzan, al nivel de la mirada. Toda relación de poder es una relación visual. En términos cotidianos basta pensar en las aduanas, las consultas médicas o las entrevistas de trabajo (por no hablar de las salas de tortura), donde son los flujos unilaterales de la mirada los que confirman una desigualdad radical."

SANTIAGO ALBA RICO "El socialismo tendrá que adoptar medidas contra la televisión." (2009)¹

"Una vez más, la mano invisible de Adam Smith está acabando, a bofetadas, por poner las cosas en su sitio."

Alberto Montero Soler

El siguiente trabajo es un intento de abrir un diálogo en el campo de los estudios culturales sobre la importancia de reactualizar y reincorporar ciertos elementos de la teoría marxista a nuestras reflexiones críticas sobre la cultura española contemporánea. En particular, propongo repensar la relación antagónica entre capital y trabajo como elemento fundamental para entender la deriva de la cultura española a la luz de la reciente crisis financiera mundial y de la progresiva reestructuración del campo intelectual acaecida desde la llamada transición a la democracia. Por conflicto capital/trabajo entendemos, siguiendo las ideas expuestas por Marx en El Capital y otros lugares de su obra, que el valor—la plusvalía—se crea como resultado directo de la apropiación del trabajo ajeno por parte del capitalista. En otras palabras, la acumulación de capital no es el producto de la libre competencia, la oferta y la demanda, la innovación tecnológica u otros aspectos que, siendo importantes, no contribuyen tan decisivamente a la generación de beneficios privados como la explotación del trabajo asalariado por parte del capitalista.

Este ensayo insiste en que este hallazgo teórico tiene fuertes implicaciones políticas y, por lo tanto, sigue siendo relevante para poder comprender nuestras sociedades capitalistas en general y para pensar críticamente la cultura española contemporánea, en particular. Desde los años sesenta, los estudios culturales han ido bien colocando en segundo plano bien obviando completamente la relación entre economía (modo de producción), poder (hegemonía) y cultura (producción discursiva) que fuera central en los trabajos de Raymond Williams o E.P. Thomson, por citar a dos de las figuras más significativas de la Escuela de Birmingham. La excesiva rigidez causal y determinista que podía colegirse de la relación entre base (economía) y superestructura (cultura) tal vez justificara, en un principio, el desplazamiento de ciertos conceptos del marxismo clásico a favor de un mayor énfasis en el análisis discursivo de distintos artefactos culturales, pero poco a poco esta justificada crítica se transformó en un abandono casi total de las relaciones entre capital, trabajo y cultura.² Como recuerda Michael Denning, el "giro cultural"—estandarte de una cierta manera de entender los estudios culturales en la academia norteamericana—no implicaba un abandono de la economía política o de la política, sino una reconceptualización radical de ambas, pero al enfatizar el análisis discursivo y la relación entre poder y conocimiento, "the cultural turn rarely reclaimed Marx's analysis of the labor process, and it was a turn away from the classic Marxist concepts of work and production" (91).

A contrapelo de esta tendencia, Denning defiende la necesidad de seguir pensando la relación entre modo de producción y cultura, puesto que si algo queda del marxismo en nuestro mundo post-fordista y en nuestra ciber-economía post-industrial es, justamente, el énfasis en el trabajo y la producción. Por eso, si el proyecto de los estudios culturales aspira a ser algo más que una moda o un nuevo compartimento estanco en las universidades norteamericanas, debe de reincorporar...