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Conversación con Sara Montiel: "Trátame de tú" Mi interés en Sara Montiel como actriz y como figura "mÃ-tica" del cine español es reciente. De hecho, he pasado más de ocho años dando clases de cine español y latinoamericano y, hasta hace poco, no se me habÃ-a ocurrido dedicar tiempo a la carrera de esta actriz. No fue sino cuando empecé a investigar y escribir sobre las mujeres y el cine en España que me di cuenta de la importancia que ha tenido, que tiene, Sara Montiel en la historia del cine español. Cuando uno repasa mental y visualmente las figuras femeninas que pasaron por las pantallas españolas en las décadas del franquismo y que dejaron huella indeleble, las más de las actrices y los papeles que jugaron en sus respectivas pelÃ-culas se conformaban (dentro de lo que el público pudiera observar) a la norma de "la mujer del régimen" aceptada y aceptable desde los años 40 hasta bien entrados los 60. Sólo Sara Montiel se destaca como la mujer fatal e independiente que en poco o en nada sigue los dictámenes de la moral y los buenos modales prevalentes que, por otra parte, nunca respondieron a una realidad social tangible. Pot lo que ella misma dice, como veremos, su vida personal tampoco siguió el mismo rumbo que las de la mayorÃ-a. Empecé a ser consciente de quién era Sara Montiel en los años 70 (cuando ya podÃ-a ir a pelÃ-culas de mayores), y su carrera en el cine estaba a punto de acabarse por voluntad propia. Mi imagen de esta mujer estaba basada, más que en sus pelÃ-culas, en las entrevistas y las apariciones que hacÃ-a en Ia televisión y en revistas populares—en una imagen popular Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies Volume 4, 2000 226 Arizona Journal of Hispanic Cultural Studies independiente de su trabajo como actriz y como cantante. Esta imagen que recuerdo de aquella época era la de una mujer sumamente sensual pero no de la manera ni con la edad de las actrices de esta década. El cine español que habÃ-a visto hasta entonces habÃ-a estado formado por intomables historias de reinas, reyes y héroes de todo tiempo y lugar; de comedias que malgastaban el talento de actrices como Conchita Velasco, por ejemplo; y de un número muy reducido de filmes de verdadera categorÃ-a como eran los de Bedanga, Bardem y todos aquellos que se reunieron en Salamanca para hablar del cine español en 1955. Digamos que el nombre de Sara Montiel, si bien lo conocÃ-a perfectamente, no me suscitaba una sed insaciable por ir a verla al cine. Me conformaba con saber de su existencia como mito popular sin preguntarme en ningún momento cómo o por qué habÃ-a llegado a ese status. Dos décadas después fue cuando volvÃ- a repasar los bodrios heroico-históricos a los que me he referido, prestando particular atención a la caracterización de los personajes femeninos. Cuantas más pelÃ-culas veÃ-a, más obvio se me hacÃ-a el Patrón (con P mayúscula) que seguÃ-an estos papeles. En el verano del 98 me topé con un vÃ-deo de Cárcel de mujeres, pelÃ-cula mexicana de 1956 dirigida por Miguel M. Delgado, en la que Sara Montiel interpretaba un papel que no me resultó familiar en ningún sentido, porque no habÃ-a visto a ninguna otra actriz española de la época rompiendo ciertos moldes. A partir de ahÃ- me he dado cuenta de que Sara Montiel se ha hecho su propio molde. Sara Montiel empezó haciendo papeles absolutamente secundarios en el cine español ya en Ia década de los 40 (recordémosla como la niña mimada de bucles rubios en Bambú [Saenz de Heredia, 1945]), compartiendo reparto con Imperio Argentina. Ya en los 50 desaparece de las pantallas españolas y aparece en México donde, según explica, empieza su verdadera carrera...

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