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145 Capítulo cuatro La problematización del proyecto nacional realista en la novela modernista de Pardo Bazán Hacia una escritura y canon nacional “femeninos” Mediante su aceptación de lo que en cualquier caso es una mímica inevitable, Irigaray vuelve sobre sus pasos planteando un parasitismo sobre el segundo poder. La suya es una escenificación teatral del mimo: imitando la imitación impuesta a las mujeres, la sutil estrategia especular de Irigaray (su imitación es el reflejo de todas las mujeres) pretende deshacer los efectos del discurso falocéntrico precisamente exagerándolos. Su estrategia fundamentalmente paradójica recuerda a la de las místicas: si la sumisión miserable de las místicas constituye su liberación, la crítica que Irigaray hace del machismo, mediante la excesiva imitación de su discurso, puede ser una respuesta al encorsetamiento a que nos somete el machismo. Toril Moi Teoría literaria feminista Sierpe flexible y sabia, ha sabido ondular bajo los nuevos soles ciñéndose a los troncos recién nacidos, dorando los repliegues de su cuerpo a toda recién encendida luz. ¿Cuál de los hombres de su generación ha sabido entrar brioso, vencedor por derecho propio en los dominios ideales de la generación literaria de hoy? Gregorio Martínez Sierra “La feminidad de Emilia Pardo Bazán” En la introducción a su edición de Dulce dueño de Emilia Pardo Bazán (1911), Marina Mayoral afirma que “[p]or ser la última de sus novelas largas y por el tratamiento que da al tema del amor, 146 Capítulo cuatro Dulce Dueño se configura ante nosotros como un testamento literario de doña Emilia” (32). En este último capítulo1 me propongo enfatizar este carácter testamentario de la última novela de Pardo, no sólo por su cronología, sino porque este texto encierra una compleja revisión del pensamiento en torno a la mujer y la escritura (y en último término, como veremos, la configuración de una “literatura nacional”) que Pardo había ido elaborando a lo largo de su prolongada carrera literaria, dejando abiertas una serie de problemáticas en torno al género, la identidad y la escritura que siguen siendo polémicas en la teoría feminista contemporánea. Consecuente con su feminismo liberal burgués, Pardo aseveraba que en literatura sólo hay individuos, y las diferencias entre escritura masculina y femenina se debían tan sólo a diferencias culturales, es decir, a la deficiente educación recibida por las mujeres , que se debía subsanar incorporándolas al sistema educativo que disfrutaban en exclusiva los hombres, como se discutió en el capítulo anterior. En opinión de Pardo, la escritura en sí carecía de género. En palabras de Bieder: She formulates authorship as an ungendered activity and seeks to erase the difference between her writings and those of her male confreres. Early in her writing career, she takes the public position that “Dentro del terreno literario no hay varones ni hembras .” (Bieder, “Emilia Pardo Bazán and Literary Women” 19) Esta aspiración a igualarse con el hombre implicaba que el modelo ideal y universal de cultura para Pardo, como vimos en el capítulo anterior, era el ya existente canon masculino de cultura. Así lo expone Vallejo, The masculine is the marked gender; when a woman writes “neutrally,” she writes in a “virile” manner […]; it can not be gender “neutral.” Pardo Bazán will challenge the traditional —and stereotypical— dichotomous categories, where “male” and “female” are assigned according to their status in the “public-private,” “active-passive,” categories, crossing and intertwining them in complex patterns that reveal both conformation and transgression, a pushing outwards of the boundaries of the then current gender ideology. (458–59) Como ya se vio en páginas anteriores, Pardo acepta/transgrede fronteras genéricas con su ejemplo personal de penetración y asi- [3.21.248.119] Project MUSE (2024-04-26 15:56 GMT) 147 Hacia una escritura y canon nacional “femeninos” milación de espacios tradicionalmente masculinos como el Ateneo de Madrid, la Universidad, la Real Academia —de la que se declara “candidato perpetuo” (“La cuestión académica” 81)—, o la novela realista-naturalista, género “masculino” del que se convierte en adalid, y que le valdrá las alabanzas de algunos contemporáneos como “escritor varonil.” Pero en último término, el principal espacio masculino simb...

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