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1 Después de la derrota electoral del PRI en el año 2000 y del fin del “gobierno de la Revolución Mexicana” que condujo los destinos de México por más de siete décadas, parece emerger una agenda intelectual que postula la relectura de las distintas producciones culturales realizadas durante esos años. Esta agenda ha sido desarrollada por algunas de las figuras intelectuales más influyentes del México actual: Roger Bartra, Claudio Lomnitz, Carlos Monsiváis, Luis Villoro, por mencionar sólo a algunos. En el centro de esta agenda el cuestionamiento de aquello que, durante años, se ha llamado “lo mexicano.” Dentro de este contexto, este libro es un estudio de dos momentos constitutivos de la literatura mexicana, sus “fundaciones,” a través de un conjunto de autores que imaginaron lo que llamo “naciones intelectuales.” Por “nación intelectual” entiendo un conjunto de producciones discursivas, enunciadas sobre todo desde la literatura, que imaginan, dentro del marco de la cultura nacional hegemónica, proyectos alternativos de nación. Las dos fundaciones que este libro explorará son: la fundación del “campo literario ”1 en los años que van desde 1917 hasta fines de los años treinta y la fundación de las instituciones culturales y su rol en el tema de la identidad nacional en los cuarenta y cincuenta. De esta manera, el libro tiene como finalidad la exploración de un conjunto de autores y obras que, en los primeros años del proceso histórico del priísmo (iniciado con la fundación del Partido Nacional Revolucionario a finales de la década del veinte) y de la constitución de una fuerte hegemonía cultural,2 produjeron obras que imaginaban o figuraban proyectos de nación y de cultura nacional dentro y fuera de las imágenes y discursos validados por el Estado. La crítica al proyecto priísta, que se ha venido construyendo a partir de finales de la década de los ochenta desde diversas posiciones, ha centrado su lectura en un fuerte cuestionamiento de la idea monolítica de nación y del nacionalismo cultural. Entre las varias propuestas de lectura del “nacionalismo revolucionario ” (nombre con el que comúnmente se refiere a la ideología del PRI), destacan de manera particular las articuladas por Roger Bartra y Claudio Lomnitz. Bartra, en su seminal Introducción 2 Introducción trabajo La jaula de la melancolía, observa: “[l]os estudios sobre ‘lo mexicano’ constituyen una expresión de la cultura política dominante,” cultura que entiende como “ceñida por el conjunto de redes imaginarias de poder, que definen las formas de subjetividad socialmente aceptadas, y que suelen ser consideradas como la expresión elaborada de la cultura nacional” (16; énfasis en el original). En este pasaje, Bartra hace referencia a lo que ha llamado a lo largo de su obra “el canon del axolote,” expresi ón que define como el “proceso mediante el cual la sociedad mexicana posrevolucionaria produce sujetos de su propia cultura nacional, como criaturas mitológicas y literarias generadas en el contexto de una subjetividad históricamente determinada que ‘no es sólo un lugar de creatividad y de liberación, sino también de subyugación y emprisionamiento’” (16; subrayado en el original. La cita interna pertenece a Terry Eagleton y es traducida por Bartra). En otras palabras, para Bartra la constituci ón de discursos identitarios es parte de lo que llama “redes imaginarias del poder político,” por lo que cualquier reflexión literaria o filosófica que defina positivamente al “mexicano” cae directamente en la constitución de estructuras de sujeción de los ciudadanos al poder. Desde estos términos, Bartra ha ofrecido un fuerte cuestionamiento a cualquier definición de “lo mexicano ” y “lo nacional” y ha articulado un proyecto (que en trabajos posteriores ha denominado “la condición postmexicana”) que busca nuevas formas de constitución de lo político más allá de los códigos del PRI. Una segunda propuesta desde la cual se ha leído la vinculaci ón de los intelectuales con el Estado mexicano es el problema de la “modernidad nacional.” Claudio Lomnitz ha observado: “‘Cultura nacional’ (independientemente de lo que signifique) es un criterio para evaluar la modernización y al mismo tiempo un obstáculo para ella. La gente se preocupa continuamente por cambiar un aspecto de la cultura nacional y por fortalecer o preservar algún...

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