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43 Capítulo tres El Infierno Los manuscritos relacionados con la primera edición Los manuscritos H e I y su arquetipo De los once manuscritos completos del Infierno, siete acusan numerosas variantes redaccionales de carácter semejante a las que acabo de identificar en los dos sueños anteriores. De los siete, los que he denominado J, L, M y W coinciden relativamente pocas veces con la primera edición. En cambio, ésta comparte con H e I muchas variantes breves y siete de importancia , más cuatro errores y una interpolación de 53 palabras (1160-1161 variante). Con el ms. U, pero ningún otro, comparte la edición otra interpolación de 49 palabras a continuación de la de 53 (1160-1161 variante). Estas coincidencias indican que H, I y el impreso descienden de un arquetipo primario (que he llamado pi), y que también U descendió de pi, pero en otra manera. Con el ms. U comparte singularmente el impreso menos variantes breves y cinco importantes, más cinco errores y dos interpolaciones, la de 49 palabras y otra de 750 palabras sobre “los herejes que fueron antes de nacer Cristo” (1134 variante). Estas coincidencias indican que posteriormente a la época de pi, U y el impreso descendieron de un arquetipo secundario (que he llamado lambda; v. el estema 2, p. 44). Aunque la interpolación de 750 palabras es la más extensa en los sueños, otras cinco hay en Juicio y Alguacil, de 20 a 66 palabras.1 La mera extensión de las dos interpolaciones delata cierta relación entre los tres manuscritos y la primera edición, y reclama un análisis. También lo reclama el hecho de que las 44 Capítulo tres Estema 2. ASCENDENCIA DE LOS MSS. H, I, U y LA PRIMERA EDICIÓN DEL INFIERNO [3.15.202.4] Project MUSE (2024-04-25 18:06 GMT) 45 El Infierno dos han sido aceptadas como de Quevedo por todos los críticos y los editores antiguos y modernos. Excepción parcial es la edici ón de mi llorado amigo Felipe Maldonado, quien notó en 1972 el estilo “deslavazado” de las dos, y dijo que faltaban en todos los manuscritos (lo cual no es correcto). Llegó a “suponer ” que eran unas interpolaciones preparadas por Quevedo “exprofeso para la impresión”, en cuyo texto las incluyó (pp. 24 y 151). Tan marcados son los contrastes de las dos interpolaciones con el carácter de la sátira de Quevedo en el Infierno, así como los conflictos con la estructura del relato, que en mi edición de 1993 llegué a tener las dos por apócrifas, junto con otra de 31 palabras que nadie ha comentado.2 Es muy cercano el parentesco entre H e I: frente a los otros manuscritos y el impreso, comparten unas 700 variantes, lo cual indica que posteriormente a pi, descendieron los dos de otro arquetipo secundario (épsilon). La misma cercanía ha reducido notablemente las cifras de variantes singulares de los dos (son 52 y 100, respectivamente). La referida interpolación de 53 palabras nos enseña que el arquetipo pi, antepasado común de H, I, U y del impreso, es más antiguo que el arquetipo lambda, antepasado común de U y la edición, pues éstos se limitan a alargar dicha interpolación. En efecto, cada uno de los tres arquetipos había sufrido una revisión, a veces extensa, de acuerdo con ciertos criterios estilísticos, literarios y morales ; posteriormente, cada manuscrito sufrió nuevas alteraciones del mismo tipo. Aunque H sirvió de fuente de algunas de las variantes de I, no sirvió de fuente directa, lo cual he indicado en el estema 2 con las dos líneas que se dirigen a I.3 El carácter del arquetipo secundario épsilon se encuentra en las 700 variantes que comparten los dos sobrevivientes, los mss. H e I, y abarca el afán de abreviar repetidamente la expresi ón, de alterar las imágenes ofensivas a la mentalidad tradicional y otras tantas motivadas por ciertas preferencias estilísticas, la inversión del orden de las palabras, la sustituci ón de un sustantivo o un verbo por un sinónimo, la aclaración de la expresión, la corrección de la sintaxis, y la interpolación o supresión de frases enteras y algún pasaje extenso.4 Por ejemplo...

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