In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

XIX Por Montalvo Crónica 7 May 2008 Saratoga, CA Para José “C-2” Cartagena-Calderón Al subir la cuesta—pretty steep—desde mi “live-work studio” hasta los otros estudios, I pass green, slender-stalked sorts of clumps, topped with yellow, miniature orchid-looking flores. Some get fairly tall— about three or four feet—y despiden un olor dulce, pero no cloying. Algo más cercano al flowering plum (that delicious, damp masa harina smell!), por ejemplo, que a los “Tim Miller.” Así le digo a ese pink jasmine , Chilean, I think, con el overwhelming, mega-empalagoso scent, que me regaló Tim de su jardín a couple of years ago. Ahora subo hacia la cima. Paso el glass-walled cube de la escultora tejana , Nilea. Ella hizo unos pronunciamientos on the edge of annoying en la primera comida. Against Califas. Nació en Arkansas, vivió cosa de diez años, I think, en New York, y ahora vive en Austin, Texas. Oh, 124 125 Por Montalvo Crónica nothing outrageous or alarming, la verdad. You know, just los usual stereotypes about California. Pero EYE: anoche en el communal dinner, la Nilea me enseñó a usar un corkscrew normal, as God commands (instead of my wobbly, weird, Japanese Ah-So, con los two little prongs you have to sort of wiggle in entre el corcho y la botella, y que fracasa about 50 percent of the time). Descorché, o como corno se diga, not one but two wine bottles, in rapid succession. And, plus, she complimented my periwinkle eye pencil de Sephora. So, como que le voy a cut some slackecito , ¿no? En cuanto a su casi-critique of Califas. Más arriba de lo de Nilea [interruptus: how bizarre, my lingua franca de los diarios—desde Buenos Aires? even before?—es el castellano. O esa mezcolanza mía. Mientras que antes, my diary from 1982, was really English dominant. Did it depend on the interlocutor(s)? I was writing to Howard, then. No sé. Creo que now it doesn’t, so much. Strange . . .], on both sides, están tres otros estudios. Each more hideous and bunkerlike than the next. Thank God no me hospedaron in one of these. Subo la cuesta, behind el bunker no. 61, hacia la mera cima. There’s a wooden fence, some scrubby bushes y más de aquellos tiny faux-orchid, yellow-blossomed bushes. The skyline es una pine-topped ridge. Y más acá, a stand of huge, stringybark eucalyptus. Miro hacia las copas de los eucaliptos más cercanos, where I heard a definite raptor calling repeatedly , ayer. Pero hoy nada. There’s a dense, low, grassy scent on the breeze. Es un olor que asocio con los meadow walks que hacía con Nick Vidnovic, through the most secret, remote parts of the UC–Santa Cruz campus. We’d lie naked, soñolientos, al sol, y me daba miedo de que nos aplastaran las vacas que pastaban in those hills. Los sonidos del español carry over to me de repente, brisa-borne, across a small ridge. Beyond, hay una casa, con todos los yuppie trappings: satellite dish, SUV. Latino day laborers calling to each other. Tan cerca estoy, I marvel, de todo lo conocido, familiar , hasta anodino. Pero as I look down from this apex onto the wood-slatted roof and Mondrian-colored walls del minúscule though architect-designed cube where I cloister myself, absolutely alone, six, [3.145.63.136] Project MUSE (2024-04-25 07:13 GMT) seven, ten hours a day (podría eloquecer, musito, if not for the glass walls, the ever-whispering green mansions always just beyond), sé que nada es normal ni cotidiano. Como en un sueño—ensueño—I’ve passed through the looking glass. Estoy transportada a un lugar tan otro, my senses on edge. Todo es agudo. In fact, el silencio es sólo una primera—y falsa—impresión. Leaves rustle imperceptibly but constantly. Hay pájaros carpinteros haciendo ese hollow, lightning-fast tac tac tac, y bluejays (estos siempre me han sacado de onda, can’t explain exactly why). And urracas. They remind me, always, de esa película francesa, about that young slip of a girl que tuvo que casarse, against her will, con un dour, hulking, paleeyed , red-haired, medieval king. Or knight, algo así. No me puedo acordar del título, and it’s driving me crazy. Something made me think it...

Share