Abstract

ABSTRACT:

This essay examines the conditions that led to the establishment of the Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba (Cuban National Symphony Orchestra, OSN) and its use by the Cuban state to promote socialist, nationalist Cuban values in the early years after the 1959 Revolution. After 1959, Cuban state funding and support for classical music institutions increased as cultural officials realized they could positively improve public perceptions of the state at home and help boost the reputation of the Cuban Revolution abroad. Thus, symphonic music—and the OSN—became a leading site in post-1959 Cuba for promoting political agendas through cultural diplomacy at both the national and international levels. On the one hand, the OSN strategically programmed symphonic music that reinforced local national pride, therefore legitimizing the revolutionary government among citizens and presenting a specific narrative of Cuban national identity. On the other, the OSN was also part of the Cuban government's international diplomatic efforts and served to foster ties with foreign nations by programming symphonic music by composers from "friendly" countries. Symphonic music achieved renown with seemingly little intervention from, or conflict with, high ranking state officials. After 1959, the OSN would claim to democratize access to "high" cultural expressions while providing a symbol of Cuban achievement abroad.

RESUMEN:

Este ensayo examina las condiciones que facilitaron el establecimiento de la Orquesta Nacional Sinfónica de Cuba (OSN) y su uso por el gobierno cubano en la promoción de valores socialistas y nacionalistas en los primeros años después de la revolución del 1959. A partir del 1959, el apoyo económico del gobierno cubano a las instituciones de música clásica incrementó en la medida en que los oficiales culturales se daban cuenta de que dichas instituciones podían mejorar las percepciones públicas del estado cubano dentro y fuera de Cuba. Por ende, la OSN se convirtió en una de las organizaciones más importantes para la promoción de la agenda política del estado revolucionario a través de la diplomacia cultural a nivel nacional e internacional. Por un lado, la OSN programó de manera estratégica la música sinfónica que reforzaba orgullo en la producción nacional, así legitimando al gobierno revolucionario ante los ojos de sus ciudadanos y presentando narrativas muy específicas sobre la identidad nacional cubana. Por otro lado, la OSN formaba parte de los esfuerzos en la diplomacia cultural internacional del estado y ayudaba a fomentar las relaciones con otras naciones mediante la programación de música compuesta por compositores de países "amigos." La música sinfónica obtuvo reconocimiento con relativamente poca intervención de o conflicto con líderes gubernamentales. A partir del 1959, la OSN reclamaba democratizar el acceso a la cultura "élite" a la vez que promovía una imagen de una Cuba moderna y civilizada en el exterior.

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