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Reviewed by:
  • Las comedias autógrafas de Calderón de la Barca y su proceso de escritura by Simon Kroll
  • José María Ruano de la Haza
Simon Kroll.
Las comedias autógrafas de Calderón de la Barca y su proceso de escritura.
Peter Lang, 2017.185 Pp.

EN UN ARTÍCULO PUBLICADO HACE YA CASI TREINTA AÑOS, Andrew Gurr declaraba que, comparado con lo poco que ha sobrevivido en Inglaterra, España posee “a positive embarrassment of theatrical riches from its ‘Golden Age’ and after” (“‘They Order, Said I, This Matter Better in Spain’: A Cross-Cultural Perspective on the Globe Discovery,” Shakespeare Bulletin, vol. 7, núm. 4, 1989, p. 7). El distinguido especialista del teatro de Shakespeare se refería a la gran copia de documentos, planos, contratos, etcétera, que existen sobre los corrales de comedias de la época de Lope de Vega y Calderón; pero lo mismo podría haber dicho de los miles de manuscritos teatrales que se conservan en bibliotecas y archivos tanto en España como fuera de ella. En el año 2000, Marco Presotto, profesor de la Università di Bologna, publicó en Edition Reichenberger Le commedie autografe di Lope de Vega. Catalogo e studio, con detalladas descripciones de los cuarenta y cinco manuscritos parcial o completamente autógrafos de Lope que han llegado a nuestros días. Hemos tenido que esperar diecisiete años para poder disponer de un catálogo parecido de las comedias de don Pedro. Se han conservado solamente dieciocho manuscritos de comedias de mano de Calderón: siete son íntegramente autógrafos; cinco están escritos en colaboración con otros poetas; y seis son parcialmente autógrafos. No se incluyen en el libro de Kroll los autógrafos de los autos sacramentales.

El presente libro, aun cuando ha sido dividido en seis capítulos, consta en realidad de tres partes bien diferentes. En la primera de ellas (capítulo 1–2), se expone “un método nuevo para el microanálisis de los autógrafos calderonianos que parcialmente se inspira en los trabajos de los genetistas franceses e italianos” (23). Se trata de un microanálisis porque se estudia, no la transmisión del texto en sí, sino las modificaciones, alteraciones, sustituciones, pentimenti, etcétera, que Calderón efectuó en sus autógrafos; es decir, el proceso de escritura calderoniano, lo cual es un área de indudable interés para el especialista, ya que le permite observar al poeta [End Page 175] en su laboratorio. Kroll clasifica estos cambios autógrafos de acuerdo con las diferentes fases de la creación literaria, según la retórica clásica: elocutio (estilo), inventio (argumento) y dispositio (organización). El problema, como el mismo Kroll reconoce, es que examinando estos autógrafos estamos echando una mínima ojeada sobre el proceso de escritura de Calderón, ya que “no se han conservado los primeros apuntes, borradores ni correcciones de las galeradas” (25). Estas últimas, como es bien conocido, ni siquiera las hacía el dramaturgo. Es decir, el método de Kroll nos permite vislumbrar solamente un destello (pero un destello muy importante) del complejo proceso de creación de una obra teatral de hace cuatro siglos. Hay fases de este proceso a las que no podemos tener acceso, aunque algunos se hayan atrevido a intentarlo. Me refiero a la gestación de la obra en la mente del autor, a sus intenciones primigenias, a su plan de trabajo, que Kroll asume (quizás con razón) que se hacía en forma de apuntes. Hay otros aspectos que son más asequibles al investigador: la intervención de copistas, de censores, de actores, de memoriones, de impresores, de otros dramaturgos, o del mismo poeta en etapas posteriores de la creación teatral. Todos ellos nos permiten en ocasiones reconstruir una “historia” más o menos completa de un texto dramático del Siglo de Oro. Y algunos de ellos —copistas especialmente— han dejado constancia de su participación en los manuscritos estudiados en este libro.

La segunda parte del libro de Kroll (capítulo 3) consiste en un catálogo analítico de...

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