Abstract

Abstract:

La alegría aparece en el corpus alfonsí en el sentido filosófico que proviene de la Ética a Nicómaco como la pasión correspondiente a la poesía, los juegos y la conversación. Alfonso rompe con la tradición legal ibérica al concebir el juego como una actividad lícita hacia la que todos los seres humanos están inclinados y con la aristotélica al considerar la alegría como una necesidad para todos "naturialmente" y por mandato divino. Estos cambios plantean el problema de controlar los comportamientos asociados al entretenimiento, lo que el monarca hará desarrollando una política de la alegría basada en un dispositivo lúdico-emocional rastreable a lo largo de su corpus. Las características de este dispositivo son el confinamiento territorial y psicológico de la alegría, la socialización del control y la internalización psicológica del autocontrol. Su objetivo es transformar la práctica de los juegos de tablero de ocasión de desorden social a oportunidad de regulación biopolítica.

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