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  • Sueños utópicos:Espacios, geografías y comunidades al margen de la sociedad española en El mapa de la espera (Ana Rossetti, 2010)
  • Joshua R. Deckman

"La poesía es el mapa para nuestro exilio,"–decía Juan Velasco Moreno–"pero la imagen del mapa nos sirve de guía, no nos limita" (cit. en Rossetti 7). Así desde la introducción a El mapa de la espera, un libro-poema publicado en 2010, la imagen del mapa y la palabra se ligan íntimamente mediante la cita de Velasco Moreno. La obra le presenta al lector una interacción inseparable entre la palabra y la imagen, con veinticuatro imágenes de Elena González, una pintora de formación clásica que aparece habitualmente en las salas del Museo del Prado, acompañadas por los fragmentos poéticos de Ana Rossetti. Esta confluencia de lo visual y lo poético en la obra rossetiana no debería de sorprender al lector, ya que desde 1980 la poeta española ha demostrado un gran interés por las imágenes (desde iconos populares hasta figuras clásicas) y las ha empleado políticamente para subvertir sistemas de poder. A partir de esta trayectoria artística-literaria de la autora, propongo en este artículo que el juego lingüístico/artístico en El mapa de la espera trabaja para colocarnos en una posición nómada entre dos sitios de enunciación en el texto.

Aquí, uso la figura del nómada, según lo entendió Rosi Braidotti, como una conciencia crítica que resiste la categorización para abrir nuevos espacios y (re)articular las estructuras de poder y conocimiento. Este espacio alternativo o "tercer espacio" que surge de las tensiones culturales, políticas, mentales y emocionales, sirve para cuestionar las funciones de la sociedad y adquiere una posición aún más significativa, ya que refleja la situación política del pueblo saharaui al que Rossetti dirige su libro. Además, este tercer espacio se vincula con lo que Rossetti llama en su texto "la espera," es decir una brecha temporal que opera fuera del espacio ordinario de una nación y ofrece las herramientas para reorganizarse y reorganizar a la sociedad. El [End Page 461] tiempo en esta "espera" se articula como transitorio, y por lo tanto siempre apunta hacia una crítica social. De esta manera, Rossetti se adentra en los debates que se han intensificado hoy en día en la prensa y las redes sociales sobre cómo acomodar y definir la existencia de los refugiados en relación a las soberanías nacionales.

Desde mediados del siglo XX, a partir de conflictos entre España y Francia, los saharauis han perdido su soberanía para ser (re)definidos como un grupo tribal. Dichas naciones impusieron fronteras rígidas en lo que era previamente una vida fluida y nómada en el desierto. Sus tierras vastas y abundantes del Sáhara Occidental fueron divididas y su economía basada en el comercio trans-sárahi fue destruida. Tras la aprobación del Acuerdo de Madrid en 1976, España cedió la administración del Sáhara Español a Mauritania y Marruecos. Los saharauis que huyeron de la violencia a raíz de este acto político formaron campos de refugiados que existen hasta hoy (Sousa-Poza 45). Sus vidas han sido, entonces, delimitadas por poderes europeos imperiales y las fronteras imaginadas y políticas que estos les impusieron.

Hoy en día, los aproximadamente 3.000 saharauis que viven en España son un secreto a voces de la nación. En un artículo de El País, publicado el mismo año en que salió el texto de Rossetti, se comentan las dificultades de ciudadanía que enfrenta todavía el pueblo saharaui. Este artículo expone que a lo largo del año 2009 en algunas oficinas de extranjería, los policías empezaron a detener a los saharauis cuyas solicitudes de residencia resultaba inadmitidas. Antes, según el artículo, "obtener el permiso de residencia demostrando el nacimiento de familiares en la excolonia mientras fue...

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