Cuestión de imagen: Cine y Marca España by Alfredo Martínez Expósito (review)

El gobierno español acaba de publicar, a principios del año 2017, un extenso informe sobre la llamada “Marca España”. El lanzamiento mundial de dicho informe, vía internet, ha venido arropado por la creación de un sitio web http://marcaespana.es/, así como varios videos de YouTube, y un álbum de fotografías, que se pueden consultar en la red. En el prólogo del informe, Carlos Espinosa de los Monteros, Alto Comisionado para la Marca España, asegura que esta “goza de buena salud”, y alienta a todos los españoles a conseguir “que la imagen de nuestro país responda y supere a su admirable realidad” (Marca España: Un proyecto hecho realidad [2012/2016]. Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, 2016, 8). En un email enviado a los españoles residentes en Estados Unidos, el Cónsul General de España en Washington, Enrique Sardá Valls, escribe que el citado informe “puede resultar de utilidad para los profesores españoles en colegios norteamericanos para difundir la imagen de España y para las familias españolas con hijos escolarizados aquí para mantener viva su pertenencia a nuestra comunidad”. La promoción oficial de la llamada “Marca España” por parte del Alto Comisionado y de los cuerpos consulares españoles en todo el mundo, articulada sobre todo a través de discursos visuales y mediáticos y apoyada insistentemente en conceptos como “imagen”, “comunidad” y “pertenencia”, es relevante como preámbulo a esta reseña en la medida en que demuestra la vigencia e importancia del nuevo libro de Alfredo Martínez Expósito, un trabajo incisivo y oportuno titulado precisamente Cuestión de imagen: cine y Marca España.

Como su título indica, Cuestión de imagen se desarrolla en torno al concepto de “marca”, esa etiqueta en la que se concentran un conjunto de rasgos, valores y cualidades distintivas y que sirve para promocionar y vender un producto. La marca se construye y se promueve fundamentalmente a través de discursos visuales. Entre ellos, Martínez Expósito otorga un papel fundamental al cine, gracias a su capacidad para contar historias—en este caso, para “contar España” (23). El libro parte de una hipótesis central: el cine español contribuye a difundir una imagen positiva de España en el extranjero, pero dicha imagen es en gran medida artificial y a su vez se percibe a través de filtros culturales, ideas estereotipadas y clichés preestablecidos que deforman el contenido del mensaje. Por otra parte, según Martínez Expósito, el impacto del cine español dentro de España es limitado, debido a su baja cuota de mercado y a la aparente militancia política izquierdista de buena parte de la industria, que provoca el rechazo de los sectores sociales más conservadores. Martínez Expósito pone a prueba estas ideas a lo largo de una exploración del cine español de la última década del siglo XX y la primera del XXI; en dicha exploración, el cine y la “marca” sirven a su vez para articular un estudio de los conceptos y prácticas de la imagen y la nación y de la rica pluralidad semántica y pragmática de ambos términos.

A lo largo de las casi trescientas páginas de Cuestión de imagen, Martínez Expósito analiza las estrategias a través de las que determinados cineastas españoles han venido tratando de transmitir la complejidad de la cultura española contemporánea a los espectadores nacionales e internacionales. Entre dichas estrategias, se destaca la creación de imágenes visuales e imágenes simbólicas (es decir, la creación de vínculos entre imágenes proyectadas en la pantalla y la proyección de una “imagen nacional”); el abandono de viejos estereotipos...