Abstract

Resumen:

Este ensayo compara dos años claves en la radiofonía mexicana, 1923 y 1931, para explorar cómo la literatura y el periodismo interpretaron la evolución del medio y su lugar en la vida pública nacional. Primero, detallaré la fiebre vanguardista que se desató a raíz de las primeras emisiones radiales comerciales de 1923. Propongo pensar los roces entre la vanguardia y una incipiente industria radial desde el ángulo del género, para así contextualizar la columna "Estación Radiodifusora," que la cronista mexicana Cube Bonifant publica en 1931 en El Universal Ilustrado, ocho años después de la euforia que marcó los inicios de la radio en el país. En los tempranos años 1930, la experimentación inicial había dado lugar a una estandarización comercial que anclaba firmemente la radio dentro del ámbito de la cultura de masas. Sin embargo, Bonifant opta por evocar el imaginario vanguardista temprano de la radio, en una columna que recuerda el humor y los juegos lingüísticos de sus predecesores, pero con el objetivo periodístico de intervenir en la vida pública del país y ampliar su visibilidad como cronista más allá del rubro de escritora para mujeres. Apelar al ámbito radiofónico desde la crónica también nos lleva a considerar cómo este género híbrido puede tomar partido de su condición efímera y periodística para cuestionar prácticas de producción y de consumo culturales.

This essay compares two key years in Mexican radio broadcasting, 1923 and 1931, to explore how the fields of literature and journalism interpreted the evolution of the medium and its role in public life. First, I detail the fascination for the radio that began with the initial commercial broadcasts of 1923. I analyze the intersections between the avant-gardes and an incipient radio industry from the perspective of gender, to thus contextualize the column "Estación Radiodifusora," that the journalist Cube Bonifant would publish in 1931 in El Universal Ilustrado, eight years after the euphoria that marked early radio broadcasting in Mexico. By the early 1930s, experimentation had given way to a commercial standardization that firmly established radio broadcasting into the realm of mass media. Nonetheless, Bonifant would choose to evoke early avant-garde representations of the radio, through a column that would recall the humor and linguistic games of her male literary predecessors, but with the added journalistic objective of intervening in public life and expanding her visibility beyond the limits of the woman's column. Appealing to the medium of the radio from the journalistic realm of the chronicle also helps us consider the ways this hybrid genre put into question practices of cultural production and consumption.

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