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  • Días de fuego, años de humo: Ensayos sobre la revolución cubana by Duanel Díaz
  • Michael Hernandez-Miranda
Duanel Díaz, Días de fuego, años de humo: Ensayos sobre la revolución cubana. Almenara Publishing House, 2014. 260 pp.

No hay forma ya de leer sobre Cuba sin que nos asalte la memoria inconsolable de una pérdida totalizadora, un no regreso, un conjunto de vacíos que comenzaron a encadenarse un día gris del invierno de 1959 y hoy todavía nos estremece. Si ya, en su ensayo "Paralelos. La pintura y la poesía en Cuba de los siglos XVIII y XIX," La cantidad hechizada (1970, p. 159), José Lezama Lima señalaba la ausencia de una virtud aunadora en la expresión cubana, cuando apuntaba que "lo mismo se pierde el rasguño de los primeros años que lo más rotundo y visible de lo inmediato," también es cierto que sobre los restos de tanto vacío—ese lezamiano "anteayer que viene sobre nosotros"—habrá que edificar la sociedad verdaderamente inclusiva que pretendemos.

No es nada novedoso decir que el grueso de ese cuerpo crítico sobre la cultura cubana que hoy leemos se trasladó fuera de los contornos físicos de la Isla y es desde los numerosos exilios polares (unos y diversos: Estados Unidos, España, México, Inglaterra, Francia…) donde se han venido analizando con mayor agudeza los anales cubanos. Es difícil no leer el más reciente volumen de ensayos de Duanel Díaz, aquí reseñado, como otro intento de comenzar a reparar los efectos de un persistente ejercicio de desactivación de la memoria desde el poder. Durante tan largo período, centenares de miles de actores culturales perdieron toda capacidad de influir sobre los destinos de su país de origen y unos de los efectos más devastadores de esa carencia es pormenorizado en el ensayo de Díaz que aquí se incluye titulado "Indagación de la chusmería". [End Page 527]

El proceso de consolidación del gobierno de Fidel Castro difícilmente hubiera marchado de la misma arrolladora forma sin los dispositivos de una "combatividad" asimilada como respuesta y repudio hacia la diferencia, hacia el otro. Los años sesentas vieron retroceder al choteo y la trompetilla tradicionales, que no pudieron ya operar abiertamente contra el poder, para ser sustituidos por la chusmería, que Díaz ve acertadamente como siempre positiva, incapaz de erigirse en cuestionadora del poder pues "carece de objeto: no es transitiva, sino intransitiva. Antes que acción, es modo, manera. La chusmería no intenta rebajar nada, ella es cuando todo ha sido rebajado—todo menos una cosa: la Revolución" (49). Otra vez los rasgos de una erótica caribeña que para Max Aub justificaba la aparición de una utopía socialista.

Detrás de la chusmería como arma revolucionaria aparecen los vestigios de aquella energía revolucionaria que Baudrillard creía agotada para siempre tras la llegada de los años setentas. Díaz tiene a bien repasar en otro provocador ensayo aquí incluido como cierre del volumen, "Siestas del trópico, pesadilla", los avatares de una condición cubana, la indolencia—"La siesta" de Guillermo Collazo es el retrato al canto de la levedad tropical—, y a partir del análisis de algunos momentos de la literatura y la plástica, los trabajos que acometió el nuevo régimen con el objetivo de superar sus efectos, tan en las antípodas de todo esfuerzo revolucionario en pos de felicidades futuras.

¿No sirven indolencia, levedad y chusmería para explicarnos más de medio siglo de gobierno totalitario en la Isla? ¿No pueden ser vistos como elementos indispensables para un definitivo pesimismo sobre el futuro de la nación cubana? "Azúcar y revolución (Réquiem)", otro texto incluido aquí, puede leerse en clave de pérdida de ese territorio críticamente ancestral para una isla del Caribe que es la agroindustria azucarera. Al clausurar centrales y cañaverales por imperativos económicos coyunturales, el régimen cubano ponía punto final a...

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