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  • A propósito del “Taller de poesía ecfrástica” a cargo de la poeta Xánath Caraza
  • Juana Iris Goergen (bio)

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Carlos Cortéz, Braceros No. 1, N.D., linocut, N.N., 11″ × 14 ⅛″ (paper size), National Museum of Mexican Art Permanent Collection, 2003.257, Gift from the artist to the Museum.

Introducción: A propósito del “Taller de poesía ecfrástica” a cargo de la poeta Xánath Caraza

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La tarde en que anuncié a mis estudiantes que tendríamos el gran privilegio de asistir a un taller de poesía ecfrástica con la gran poeta chicana Xánath Caraza, quedé gratamente sorprendida al escuchar que algunos estudiantes habían leído Espuma sangrante, un poema que Xánath dedicó a los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa. La mención del taller de poesía y de la poesía ecfrástica tuvo una reacción diferente:

¿Y qué es eso de poesía ecfrástica, profesora?, me dijo un estudiante. ¿Un taller de poesía? ¡Pero si yo no sé hacer poesía!, dijo otro. ¡Calma, calma! Repetía yo. Dejénme explicar de qué se trata.

Después de explicarles usando el ensayo de David Huerta, Poesía de las imágenes, que la écfrasis es término técnico, para referirse a la representación verbal o escrita por medio del lenguaje articulado—en sus estribaciones literarias—de una obra plástica: cuadro, escultura, moneda, dibujo, bordado, edificio. Un texto de tema plástico, cuya obligación moral, según el precepto horaciano de linaje aristotélico, es reproducir lo más ajustada y fielmente posible esa plasticidad visible.1 Les expliqué además, que ellos ya estaban muy familiarizados con la poesía ecfrástica, porque todos habían leído el conocido soneto de Sor Juana: Este que ves, engaño colorido. Este poema que está claramente escrito teniendo como referencia a un retrato suyo, es poesía de este tipo, poesía ecfrástica. Leímos que uno de los poetas más abiertos y concienzudamente ecfrásticos de la literatura española, fue el poeta español Manuel Machado. Sus continuas visitas a los museos de su país, sobre todo al Museo del Prado, dieron frutos de poesía ecfrástica muy interesantes. Algunos títulos poéticos de Machado muestran la calidad ecfrástica en su poesía (Estampas, Museo y sobre todo Apolo (Teatro pictórico) en el que el poeta nos presenta veinticinco poemas inspirados en cuadros famosos).

Mientras el tema se me iba de las manos en el proceso pedagógico, y mis estudiantes se entregaban a uno de esos momentos—cada vez más raros—de perderse en la lectura para alcanzar el ensueño, yo pensaba, ¿qué contestar al estudiante que me dijo ‘yo no sé hacer poesía’? Intelectualmente, sé que el término original poiesis significaba hacer en un sentido técnico, y se refería a todo trabajo artesanal, incluido el que realizaba un artista. Consecuentemente, poiesis, era un término que aludía a la actividad creativa en tanto actividad que otorga existencia a algo que hasta entonces no la tenía. Por esta razón, resolví dejar que la experiencia de la práctica enseñara a mi alumno a hacer poesía, confrontándolo en el taller con la poiesis.

Llegamos al taller y Xánath con gran elocuencia y sencillez al mismo tiempo, explicó a los estudiantes sobre su poesía y sobre sus secretos para hacer poesía. Mi alumno dirigiendo hacia mí una mirada cómplice, sonrió y yo, sabiendo que estábamos todos en muy buenas manos, devolví su sonrisa. Entonces, apareció la imagen de Heriberto Luna y Xánath con amplia sonrisa nos convidó a escribir. Escribimos y aprendimos que los pintores y los poetas se acompañan naturalmente. Y que se encuentran, a veces en ese hacer, visible y memorable, de la palabra écfrasis.

Los poemas que siguen son el resultado de esa experiencia.

Juana Iris Goergen
DePaul University
  • La vida, las vidas, atráves del árbol
  • Bruktawit Goshu

The...

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