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  • Un compromiso indisoluble
  • Alfonso Rodríguez
Somoza, Oscar U. Ecos de la memoria: Oscar Torres y el encuentro con Voces inocentes. Hermosillo, Sonora: Universidad de Sonora. 2012. Pp. 226. ISBN 978-607-8158-85-0.

El libro está concebido a base de una serie de entrevistas con el cineasta salvadoreño Oscar Torres, autor de un guión--creación en gran parte autobiográfica--que se convirtió en una película que alcanzó un éxito internacional insólito: Voces inocentes (2004). Ecos está compuesto de ocho capítulos cada uno con contenido temático diferente pero todos relacionados unos con otros. Además de la “Presentación y reconocimientos” y la página de “Agradecimientos y dedicatoria,” hay una amplia introducción titulada: “Memoria y reencuentros,” así como una extensa bibliografía. El Prólogo lo escribe Oscar Torres, en el que aclara el origen de Voces inocentes, cómo se relacionó con Luis Mandoki, el director de la película, y cómo concibió el nombre de Chava, protagonista del filme. Todo el libro es un continuo diálogo ameno y está documentado con una erudición esmerada y meticulosa. Se hace además al principio una importante advertencia: que “no hay respuestas fáciles,” que “la conversación es apenas el principio de la búsqueda, y que de ninguna manera contiene respuestas definitivas.”

Para situar la serie de entrevistas en su justo contexto y así facilitar el entendimiento de las conversaciones, en la introducción, el profesor Somoza hace un análisis enjundioso de la problemática histórica de Latinoamérica. Plantea una variedad de temas que invitan al lector interesado a realizar una seria reflexión sobre la relación entre el nuevo cine latinoamericano y nuestra realidad histórica.

A través de todo el libro el diálogo entre los dos Oscares fluye con soltura; y no es de extrañarse pues desde el principio explica el profesor que fue tal el impacto que recibió al ver por primera vez Voces inocentes, que sintió una inmediata identificación con el cineasta. Fue así como decidió buscar el encuentro para las entrevistas.

Es un testimonio conmovedor el que nos brinda Oscar Torres. En él se advierte una voz adolorida y en momentos llena de ira, pues a una corta edad tuvo que ser testigo de la barbarie que se desató durante la guerra civil en El Salvador (1980–1992). Cuenta cómo el ejército irrumpía en su pueblito natal y reclutaba a niños de doce años para entrenarlos como soldados robándoles la inocencia, programándolos a odiar y convirtiéndolos en niños salvajes. Aún siendo un párvulo de once años Omar Torres se convierte en el hombre de [End Page 204] la casa cuando su padre decide emigrar a los Estados Unidos con la promesa de rescatar la familia; promesa que nunca se cumplió porque la familia quedó desgajada cuando su padre optó por formar un hogar con otra mujer. Después de ser testigo presencial de los horrores de la guerra civil, el niño Omar tuvo la ventura de emigrar a los Estados Unidos para evadir la leva. Su madre y sus hermanos permanecieron en El Salvador, y más tarde también emigraron. Sin embargo, hasta la fecha, como muchos otros salvadoreños, la guerra la lleva en lo más profundo de su ser. Y lo que agrava aún más el dolor es tener conciencia de la complicidad del gobierno estadounidense en la tragedia del pueblo salvadoreño por el asesoramiento, el entrenamiento y las armas que se enviaban para equipar al establecimiento militar de El Salvador. En su testimonio, Torres rinde una merecido homenaje a su madre ya que por la fortaleza moral de ella y por su perseverancia, él logra forjarse un buen destino para no terminar como un miembro más de la Mara Salbatrucha, una de las pandillas internacionales más peligrosas que se formó como consecuencia de la guerra por la fragmentación familiar y el desarraigo.

Cuando decide dedicar su vida al cine y concibe la idea para el guión Torres...

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