Abstract

El estudio sobre “El Amigo de la Muerte” (1852), de Pedro Antonio de Alarcón, se ha desarrollado hasta la fecha alrededor de dos debates específicos: su conexión con la tradición oral europea y su discutida adscripciónalgénero fantástico. Dichas aproximaciones han dado frutos provechosos, pero limitados, ya que se han visto mediatizadas por expectativas tomadas de parámetros predeterminados ajenos al texto. En este artículo, tras una revisión somera de ambos debates, me enfoco en la función central del subtexto antigalicista y en las estrategias de reapropiación literaria localizables dentro del relato. Como propongo demostrar, los rasgos específicos que caracterizan “El Amigo de la Muerte”, y que se desvían tanto del modelo folclórico como de formulaciones estandarizadas de lo fantástico, proceden del deseo del autor de contrarrestar el influjo francés por medio de la crítica explícita y la readopción estratégica en coordenadas nacionales del pícaro Gil Blas de Alain-René Lesage.

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