In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

Reviewed by:
  • Proslavery Priest: The Atlantic World of John Lindsay, 1729-1788 by B.W. Higman
  • Fernando Picó
B.W. Higman. 1988. Proslavery Priest: The Atlantic World of John Lindsay, 1729-1788. Mona: University of the West Indies Press. 334 pp. ISBN: 978-976-640-255-6.

Proponerse una tarea en extremo difícil y proceder a realizarla ha caracterizado el trabajo historiográfico de Barry Higman. Ha historiado plantaciones jamaiquinas, cocina criolla, demografía de los esclavos, trabajadores domésticos, ha editado un volumen de la Historia del Caribe de la UNESCO y los trabajos de Neville Hall y tiene a su haber varias antologías sobre el comercio, la economía y la sociedad caribeña. Ha integrado a sus obras la geografía, el estudio de planos, la toponimia, y la arqueología. Ahora procede a sorprender con la biografía de John Lindsay, un sacerdote anglicano del siglo 18, que viajó por Virginia y Senegal y se desempeñó como párroco de Saint Catherine, entonces la principal iglesia de la capital jamaiquina.

La labor de Higman ha sido en extremo puntillosa. Ha trazado los orígenes de su sujeto a Escocia, ha descrito e investigado sus viajes en el Atlántico, y en un capítulo minucioso ha resumido y analizado una enorme novela que Lindsay escribió y publicó en Londres a mediados del siglo 18. Luego ha seguido a Lindsay a Jamaica. Como Lindsay era un aficionado de la historia natural dejó en manuscrito un libro con bocetos y descripciones de la fauna y la flora de Jamaica. También publicó en Inglaterra dos ensayos sobre trombas marinas. Higman ha examinado el conjunto de esa obra, la ha comparado con las de otros naturalistas de la época activos en Jamaica, y ha pasado juicio sobre los alcances y limitaciones de Lindsay como observador de la naturaleza. Higman también ha examinado el ideario religioso de Lindsay, según se trasluce de sus sermones publicados, y lo ha comparado al de otros clérigos activos en la isla. Finalmente ha considerado las actitudes de Lindsay hacia la esclavitud, tanto en África, donde visitó como capellán de una nave inglesa, como en Jamaica, donde casó con la hija de un plantador.

Lindsay emerge de esos exámenes microscópicos de Higman como un clérigo latitudinario en su ministerio religioso, asiduo en sus quehaceres literarios y científicos, y puntual en su adherencia a las convenciones y los protocolos de su rango en la sociedad jamaiquina. Lindsay no edifica, pero tampoco escandaliza, a no ser que lo sometamos a las exigencias de nuestra época, lo que sería anacrónico. Pero la intención de Higman no es en ningún momento moralizar o ironizar, sino más bien situar a una [End Page 271] persona creativa en el contexto de la Jamaica del siglo 18. Ese contexto quizás resulte más interesante que el biografiado mismo.

Si nos preguntamos por qué Jamaica no entra en el vórtice revolucionario que arropa las colonias no tan distantes en el continente norteamericano, la biografía de Lindsay nos sugiere que no importa el descontento de los plantadores británicos en Jamaica comparado a la aprehensión que tienen de sublevaciones y fugas de sus esclavos. En última instancia la capacidad de manejar sus propios asuntos interesaba menos que garantizar su continuado dominio sobre sus dotaciones. El mundo esclavista caribeño se movía de manera distinta al continente, y ahí quizás sería provechoso trazar el paralelo con Cuba.

Fernando Picó
Departamento de Historia
Universidad de Puerto Rico, Río Piedras
fafpico@gmail.com
...

pdf

Share