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  • El exilio español de 1939: Las escritoras. Discurso de recepción como Académica de Número en la Academia Norteamericana de la Lengua Española by Janet Pérez
  • Elena Gabriela Capraroiu
Pérez, Janet. El exilio español de 1939: Las escritoras. Discurso de recepción como Académica de Número en la Academia Norteamericana de la Lengua Española. New York: ANLE, 2011. Pp. 102. ISBN 978-0-615-39405-3.

El 9 de octubre de 2009, Janet Pérez, catedrática en Texas Tech University y por entonces directora de Hispania (1993–2000), ingresó en la Academia Norteamericana de la Lengua Española como miembro de número. Pérez ha dedicado el discurso pronunciado con este motivo a las escritoras del exilio español de 1939. Podría decirse que el tema del discurso continúa en cierta medida su distinguida labor investigadora. Pérez es autora, editora y coeditora de más de 300 estudios sobre novelistas femeninas de la postguerra española, poetas españolas contemporáneas, sobre la obra de Ortega y Gasset, Ana María Matute, Miguel Delibes, Gonzalo Torrente Ballester, Camilo José Cela y Cristina Fernández Cubas. No es casual, entonces, que en la presentación que acompaña el discurso, Jorge Ignacio Covarrubias empiece precisamente con la evidencia numérica de los antecedentes académicos de Janet Pérez: honores y distinciones (35); tareas editoriales (45); cursos dictados (45, lista parcial); tareas administrativas (62); tesis dirigidas (75); afiliación a asociaciones profesionales (77); libros editados y coeditados (102); reseña de libros (180, incompleta); estudios profesionales y presentaciones (193).

Los números, sin embargo, según advierte Covarrubias, “no cuentan toda la historia” (2). En realidad, el perfil académico de Pérez se afina con los datos personales y es por esta razón que ocupan un lugar importante en la presentación de Covarrubias. Pérez vivió los años de la infancia en una granja en las montañas Ozarks en el sur de Missouri, cerca de Arkansas. Lugar de privaciones en la vida cotidiana. Quizás la carencia más problemática fue el aislamiento humano, procedente en gran medida del aislamiento geográfico. Pérez recuerda que la frontera entre el Norte y el Sur pasaba por el patio de su casa y mientras la mayoría de los vecinos defendían el Sur con todo lo que la región representaba, Janet Pérez y su familia eran la evidencia clara de otredad cultural. Fue en las Ozarks donde Pérez inició su educación en el sentido más amplio de la palabra. La lectura de los clásicos universales compensaba el programa de escolarización deficiente. Entre las ramas de “un árbol enorme”, Pérez descubrió al terminar el tercer grado “el mundo mágico” de las obras de Shakespeare (4). Esta imagen de la niña subida al árbol, encerrada en el mundo de la literatura, le sugirió a Covarrubias una analogía con el protagonista de El barón rampante de Ítalo Calvino. La relación de semejanza es oportuna ya que la trayectoria profesional de Janet Pérez se desarrolló en el marco de una serie ascendente de proyectos realizados casi siempre a ultranza. Fue la primera profesora universitaria, es decir, la primera profesora mujer, galardonada con el premio Barnie E. Rushing, Jr. por su investigación en Texas Tech University. Fue, asimismo, la primera profesora mujer contratada a tiempo completo en el Departamento de Lenguas Románicas de University of North Carolina en Chapel Hill.

Pérez pronunció su discurso en honor a la memoria de su antecesor en la Academia Norteamericana, el hispanista Ignacio Soldevila-Durante, fallecido el 19 de septiembre de 2008 en Québec. Las páginas dedicadas a Soldevila-Durante conectan los estudios de Pérez con los primeros trabajos críticos en torno a la literatura del exilio. En 1954, Soldevila-Durante presentó en la Universidad de Madrid su tesis de licenciatura sobre el teatro de Max Aub, posiblemente uno de los primeros trabajos sobre un escritor español exiliado. Destaca en la semblanza que Pérez...

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