In lieu of an abstract, here is a brief excerpt of the content:

CASSAVETES MUY PROXIMO CRISTIAN SANCHEZ El siguiente articulo sobre el director y actor John Cassavetes (nacido en Nueva York en 1929 en unafamilia de origen griego yfallecido repentinamente el pasado 3 defebrero), es una colaboración del cineasta Cristian Sánchez. Al mismo tiempo, constituye la introducci ón a un análisis de susfilms que publicaremos en nuestro próximo número. "No un cine de la verdad, sino la verdad en el cine" Gilles Deleuze La imagen de mi prójimo El primer Cassavetes que recuerdo es un "chaqueta negra" de una película de los sesenta. En ese tiempo —la adolescencia— se tenía un hambre del cine que no se saciaba sino coleccionando religiosamente la única revista de cine que había, Ecran. No bastaba con la matine. Ver no era suficiente, había que retener... La foto, como un precioso talismán, permitía edificar altares propicios para las incesantes rogativas a los dioses y las súplicas de auténtica devoción: "No me quitéis mi hambre cotidiana", pedía, citando sin saber a Bachelard. La foto esencializaba, hacía brotar el esplendor del actor o la actriz, reteniéndolo más allá del movimiento irreversible de la pantalla. Lo sacaba de la duración vertiginosa y Io fijaba en el espacio. Se descubría así no un gesto único, sino un enjambre de gestos virtuales que pugnaban por actualizarse. Uno pasabahoras, semanas en estas meditaciones asiáticas, escarbando en la filigrana y pasándose películas con las actrices amadas. Deseando ser vaquero, indio, romano, una piedra en el desierto o el látigo de la reina de Saba. Había hambre no de ser, sino de devenir. En ese tiempo descubrí a Cassavetes. Me sorprendió su irreverencia, con el tópico del héroe y el antihéroe. Para un maniqueo furioso como yo eso era francamente desconcertante. Por Io demás había agazapado en su rostro algo temible. Una "inquietante extrañeza", me soplaría al oido, más tarde, el profesor Freud. Lo volví a ver como una potencia oscura, diabólica, amenazando solapado a la tierna y hermosa Mia Farrow de El bebé de Rosemary. Cassavetes estaba notable en su malignidad.© 2006-2007 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. XIX-XX No. 37-40 220_____________________________________________CRISTIAN SANCHEZ Pocos dias antes de que se informara su muerte, pasaron en nuestra televisi ón dos películas donde actuaba; su rostro se habia decantado (¿o desencantado?). El tiempo, como una catarsis benigna, Io había despejado de esa violencia latente, había morigerado el revulsivo temple dionisíaco inyectándole una dulzura insospechada . Aparecía así, ante mi, una calidez humana irradiante, una simpatía hacia lo imperfecto, lo menor; un amor a la vida sin temor a la muerte. No obstante, su sonrisa seguía manteniendo ese halo de ambigüedad indisimulada, como un abanico que expresara lo real en toda su enrevesada y anárquica riqueza. En Torrentes de amor, dirigiéndose a sí mismo, la sutileza de los gestos, el humor de sus acciones promueve afectos y pasiones múltiples. Ningunajerarquía, ninguna exclusión constituyéndose en ley de los encuentros. Un movimiento libre donde nada amenaza, todo conmueve. El gesto vacilante, en formación, es el instrumento dócil para velar las miserias cotidianas, pero también es su conversión en flecha lo que preserva la integridad burlona, un cinismo necesario que, como en Bogart, no es más que el reverso de una ternura viril, de una piedad solidaria, de un negar lo que envenena, de un afirmar lo que quiere. Mi prójimo a tiro de piedra Llevado a Berlin por asuntos de mi profesión (detesto esta palabra) que prefiero llamar accidental (quiero esa palabra en todo lo que significa), tuve un accidente benigno que me arrastró hacia lo impremeditado. Era el invierno europeo de 1984 y ocurría el festival de cine. Yo estaba en el Zoo-palast con mi mujer y el ambiente era de cierre porque se presentaba la película favorita; es decir, estaba en el epicentro mismo y eso no me gustaba. Había estado toda la semana defendiéndome...

pdf

Share