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118___________________________________________________CRISTIAN SANCHEZ 1968: Lafille d'enface de Jean-Daniel Simon 1972: What? (Qué) de Polanski 1975: Le locataire (El inquilino) de Polanski 1975: Le point de mire de Jean-Claude Tramont 1978: Rêve de singe de Marco Ferreri 1978: Tess de Polanski 1979: Pipicacadodo de Ferreri 1979: Chère inconnue (Mi querida desconocida) de Moshe Mizrahi 1980: Le coeur a l'envers de Franck Apprederis 1 980: La guerre dufeu (La Guerra del Fuego) de Jean-Jacques Annaud 1982: Identification d'unefemme (Identificación de una mujer) de Antonioni [6o. Festival Cineuc, Universidad Católica de Chile, Oficina de Extensión Prorectoría, 1982] CUERPOS ARDIENTES (Body Heat, Lawrence Kasdan, 1982) Lawrence Kasdan sufre de cinefilia. Pertenece a esa especie obsesiva de "cazadores de imágenes perdidas". Su arca es en realidad su arcadia, porque no es Noé, sino más bien "Sinué el Egipcio", por su fanática devoción al culto funerario de las viejas películas de aventuras. No es de extrañar entonces que, ingeniero del guión, Kasdan nos ahogue en un diluvio de gags y extraordinarias peripecias en Los cazadores de Arca Perdida (para el cual creó el guión), prodigioso "tour de force" que subvierte la estrategia disimuladora del Hollywood oficial. A fuerza de inverosimilitud, de imponer el "inverosímil fílmico" (Román Gubern refiriéndose a Godard en Godard Polémico), Kasdan desliza la obra por los viejos caminos aristotélicos de la citación y la retórica ? lo hace devenir espectáculo puro. Si el héroe de Los cazadores... es de profesión arqueólogo, se trata de un arqueólogo atrapado en un recorrido de superficies. Pozos, tumbas, todo remite más a la extensión que a la profundidad. No hay averno ni misterios órneos, sólo efectos de superficie como en Lewis Carrol y en el otro Lewis, en Jerry. El filme evita la profundidad en todos los niveles de su construcción y reconstruye más bien una topografía de las películas de aventuras o una geografía de los mitos del exotismo cinematográfico. Atesorador de imágenes de "segunda mano", Kasdan reúne, enumera, hace el catastro de los tópicos catastróficos. Mitólogo por vocación, es un narrador astuto, formado no como ratón de cine-club, sino como vampiro de cine de barrio, se lanza con Cuerpos ardientes, su primera autoría, a revivir eso que se ha dado en llamar el "cine negro". Si a primera vista su trabajo podría asimilarse a los innumerables y olvidables esfuerzos de la ya añeja moda retro, en una mirada más detenida se percibe la distancia de todo intento por servir a una nostalgia revenida. Nada hay en Cuerpos ardientes de mensaje dulzón, de moraleja edificante, de liberalismo a la moda. Sumergido hasta la médula en lo COMENTARIOS SOBRE FILMES_____________________________________119 mejor del cine norteamericano, la de los realizadores que desde el interior de la industria contestan a sus mecanismos recuperadores y antropofágicos, Kasdan se nutre de la sangre de los Lang (la implacable lógica interior del relato), los Hawk (el héroe es la extensión de su oficio), de Raoul Walsh (el amor a la aventura), de Orson Welles (La dama de Shanghai), pero también le debe a John Huston (El halcón maltes) y su gusto por los fracasados; al Robert Siodmark de Los asesinos, al Darkpassage de Delmer Daves, Gilda de Charles Vidor; a Out ofthe past de Jacques Tourneur, a Shark de Samuel Fuller, a Chinatown de Roman Polanski; a Hitchcock (por su elegancia visual). Recibe influencia temática de El enigma del collar de Edward Dmytrik y de Pacto de sangre de Billy Wilder y en forma manifiesta toma el argumento de la novela de James Cain El cartero llamó dos veces. Pero Kasdan no es sólo un alumno aprovechado sino un auténtico maestro del género. Su versión es infinitamente más creadora que la esterotipada versión de Bob Rafelson, porque es capaz de dotar a sus imágenes de una doble lectura, de una densidad a la vez atmosf...

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