Abstract

1979 es un año decisivo en el ocaso de los gestos comunales de resistencia reactualizados tras las revueltas del 68. El neoliberalismo se abre paso como pensamiento único, aplastando los restos de las utopías sociales. El cineasta español Joaquín Jordá documenta con precisión ese proceso en lo que concierne a España en su filme Numax presenta . . . (1979), una pregnante reflexión sobre el final del cine militante que se ofrece como materialización sangrante de las promesas traicionadas de la Transición española.

En 2011 reaparecen gestos de revuelta que reactivan la memoria de algunas prácticas del 68. En este contexto histórico, el presente artículo pretende explorar formas documentales herederas de las de Jordá, que articulan el fantasma de la política para encontrar nuevas estrategias de resistencia ante el discurso totalizador, y determinar de qué modo esa práctica productiva entra en sintonía con los movimientos de los "indignados".

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