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Callaloo 26.4 (2003) 1082-1084



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Una entrevista con José Luis Rivas

Charles H. Rowell

[English Version]

Esta entrevista fue conducida el 21 de diciembre del 2002 en la casa de José Luis Rivas en Xalapa, México.

"Yo soy aquel
que ayer nomás decía
el verso azul y la canción profana"

—José Luis Rivas

ROWELL: Me ha fascinado siempre la cantidad de interés público que tiene la poesía en latinoamérica.

RIVAS: El número de gente que acude a las lecturas de poesía en México es muy pequeño en comparación con las grandes congregaciones multitudinarias que tienen lugar en Colombia, en especial en Medellín donde asisten millares de personas a las lecturas de poesía. Lo mismo me ha tocado estar en Bogotá con una concurrencia de más de 500 personas, en la lectura de una serie de poetas hecha en un parque público. Así mismo he estado en Cartagena de Indias y ahí también la lectura es atendida por un número muy amplio de oyentes. Ante eso me parece que la asistencia en México es considerablemente reducida. Pero que sigue habiendo todavía una especie de poder magnético por lo menos sobre una treintena de personas, sobre 40, sobre 50 que a veces de un modo un poco inaudito, un poco raro llegan apretujar una sala donde se hacen esas lecturas

ROWELL: ¿A qué atribuirías tú esta cantidad de público considerablemente grande? ¿Sería cultural o educativo?

RIVAS: De algún modo, unas de las artes que está al alcance de las grandes multitudes es la poesía, porque poder componer se requiere de medios y recursos muy simples como un lápiz y un papel. La gente se siente con un vínculo con algo que aparte de tocarle, parece invitarlo a ejercer sus capacidades, sus dones, sus talentos en ese terreno. Ha habido de muchos años para acá, pues ciertas prácticas en los pueblos de lecturas en voz alta, de gente que a las primeras de cambio compone de un modo improvisado algún tema. Y así mismo hay una tradición como declamatoria que yo creo que está a la base de ese gusto por la poesía. Existen digamos hasta recopilaciones que no se llaman Antologías sino que se llaman El Libro de Oro del Declamador, por [End Page 1082] ejemplo. Y creo que eso está en la base de muchas de las actitudes, de la familiaridad de la gente para con la poesía.

Yo creo que entre los salvadoñeros, entre los colombianos existe la idea de que están componiendo poesía en medio de una muchedumbre que también componen y gusta de poesía. Aquí en México, yo creo que este panorama se ve considerablemente disminuido porque hacemos poesía en la inteligencia de que seremos leídos por unos cuantos . . . Pero la poesía está viva en la sociedad mexicana.

ROWELL: ¿Qué tanto te alimenta el mundo de Tlaloc?

RIVAS: Es un elemento primordial para lo que escribo. El Panteísmo para mi Dios es la naturaleza, en una expresión muy espinosista. Creo que lo verdaderamente fantástico es este planeta, que es lo más real, lo más tangible, palpable. Tiene grandes poderes, grandes fuerzas que en todo momento están manifestándose. Vivimos en una época y en un lugar donde tenemos por ejemplo la reactivación de grandes volcanes. Vivimos buena parte del año bajo el efecto de grandes vientos, ciclones, nortes que en todo momento nos están haciendo ver que su presencia, su fuerza juega un papel importante en nuestras sociedades. La naturaleza no es un elemento decorativo. Es un elemento que juega una acción casi decisiva en nuestras vidas. Conocemos grandes torrentes, grandes lluvias, inundaciones.

ROWELL: ¿Cómo te ves como poeta, frente a la tradición de poesía mexicana?

RIVAS: Yo he intentado apartarme de algo que durante mucho tiempo se se&ntilde...

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