Abstract

El descubrimiento, en 2001, en forma de suelta de El prodigio de Alemania (1634), de Calderón en colaboración con Antonio de Coello, aporta nuevos datos acerca del uso de la propaganda en la escena española durante la Guerra de los Treinta Años. La obra da comienzo justo después de la batalla de Lützen en 1632 y termina con la muerte de Wallenstein, el Generalísimo de los ejércitos del Sacro Imperio Romano Germánico. La trama de El prodigio de Alemania es una representación de la situación del conflicto europeo y se convierte en una herramienta dirigida a entender las fuentes históricas. La obra nos proporciona un ejemplo de la propaganda llevada a cabo por Olivares para justificar la necesidad de asesinar a Wallenstein, el cual es presentado aquí como conspirador y traidor, para proteger la integridad de España y su ambiciosa estrategia de expansión europea. La relación histórica entre Olivares y Wallenstein fluctúa desde la admiración mutua hacia el completo desacuerdo cuando, después de Lützen, el general checo decide no participar en la invasión española de Flandes. La dramatización del asesinato de Wallenstein tiene como objetivo la reivindicación de la política imperial de España, y el estudio de la justificación literaria que El prodigio de Alemania ofrece a esta política es el propósito principal de este ensayo. El ensayo explora el papel de esta obra y su función como espejo en el que el progreso de las relaciones entre España y Wallenstein sigue el mismo camino que el desarrollo de Wallenstein como personaje dramático construido en conformidad con el curso de los acontecimientos sucedidos durante la Guerra de los Treinta Años y las necesidades de la política extranjera de Olivares.

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