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EL CRÓTALON:A MITAD DE CAMINO ENTRE LA SÁTIRA MENIPEA Y LA SÁTIRA FORMAL por Alberta Gatti Saint Xavier University LOS diálogos socráticos y la sátira son considerados por Mikhail Bakhtin como dos de los géneros de la antigüedad con características dialógicas. Según este autor, en los diálogos socráticos se pone a prueba una idea y al ideólogo , mientras que en la sátira menipea el ideólogo desaparece como elemento central pero todavía las ideas son el eje (Bakhtin 114-115). Si pensamos en la sátira del Siglo de Oro español, las ideas que la sátira “pone a prueba” son variadas: ideas políticas – como en el Diálogo de Mercurio y Carón de Alfonso de Valdés –; doctrinas filosóficas y artísticas – la sátira de Miguel de Cervantes en el Viaje del Parnaso –; ideas religiosas – parte de El Crótalon de Cristóbal de Villalón –; junto a la crítica de numerosas conductas sociales – la prosa de Francisco de Quevedo y de Francisco Santos – y personales – la poesía satírica de Quevedo y de Luis de Góngora –. Pero el medio por el cual las ideas satíricas son expresadas, discutidas y objetadas en los textos se reduce a un número limitado de fuentes o agentes a los que es posible asignar una lista de rasgos generales. A estas fuentes de enunciación llamaré voces satíricas. Las voces satíricas se encuentran en las dos manifestaciones de la sátira: la sátira formal y la sátira menipea.1 Al identificar los tipos de voces en las dos clases de textos se comprueba que ciertas combinaciones de voces coinciden con determinado tipo de sátira. Por ejemplo, un tipo de voz que llamaré “vozautor ”, cuya función es establecer principios éticos que sirven como una guía para la lectura, aparece en los textos más monológicos o en aquellos donde hay una línea nítida entre conductas aceptadas y condenadas, es decir en los textos de la sátira formal. A la vez, este mismo tipo de textos satíricos prescin23 de en general de un tipo de voces “informantes”, que aportan opiniones tomadas desde fuera de la anécdota central y que suelen poner en duda alguno de los argumentos presentados en la misma. La elección de un elemento formal también suele ir de la mano con la presencia de determinadas voces satíricas. El diálogo, por ejemplo, supone la introducción de una variedad de voces, común en la menipea; mientras que el uso exclusivo del verso en general implica un número menor.¿Por qué analizar voces y no personajes satíricos? Existe en la sátira un desajuste evidente entre lo estereotipado de los personajes y la pobre ilación escénica, por un lado, y la fuerte presencia ideológica por otro. Los personajes de la sátira son, en su inmensa mayoría, estereotipos o caricaturas, ejemplificados arquetípicamente en los textos satíricos de Quevedo, donde encontramos una y otra vez jueces, viejas, pasteleros, etc., repetidos con características casi idénticas. A pesar de estos personajes “tipo”, el mensaje satírico puede ser sumamente variado. Esto se debe a que el elemento central de la sátira no es la individualidad del personaje sino la orientación verbal del relato que determina la dirección del ataque y, a través de éste, el mensaje satírico. Los personajes satíricos son reemplazables, en algunos casos intercambiables; lo que es esencial es la voz que se expresa a través de ellos y, en muchos casos, a pesar de ellos. Las voces satíricas determinan las características del discurso de los personajes . En este sentido, además de ser medios satíricos, las voces son roles que asumen los personajes. En algunos textos las voces satíricas coinciden uno a uno con los personajes, pero más típico en la sátira, en particular en la menipea , es el que un mismo personaje sea portador...

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