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YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY EL REFERENTE REAL RELEGADO: FANTASÍA Y FICCIÓN EN CARLOS MONSIVÁIS, CUENTISTA LINDA EGAN DESDE hace mucho Carlos Monsiváis se ha convertido en la conciencia de su país, tanto así que es casi axiomático decir que es “el” cronista de México. Por el lado documental, se sabe que la crónica de Monsiváis consagra “la articulación coherente de una realidad consignable… y una postura política” (García 42). Al mismo tiempo, es innegable que su novelización cronicada “le ha dado a la vida mexicana cotidiana una imagen más poderosa que la de muchas novelas, y la elaboración narrativa de sus crónicas es una reverberación que agudiza la crítica al modo de un espectáculo” (Ortega IX). Por eso, y sin borrar el referente real que sostiene su armazón genérica (Smart 18), Monsiváis es el maestro reconocido del periodismo literario en lengua española: de la crónica estética , o lo que Albert Chillón llama el reportaje novelado (192). Sin embargo , de vez en cuando, la fantasía desvía sus datos y la imaginación secuestra su postura cronística. En ese momento se convierte en Carlos Monsiváis, cuentista. Alguna que otra vez, la crítica ha tomado nota de este lado de Monsiv áis, con más frecuencia respecto a su pequeño tomo de fábulas, Nuevo catecismo para indios remisos (1982), cuyos minirrelatos, escenificados mayormente en la Nueva España, narran milagros, supersticiones, ficciones metahistoriográficas, metaliterarias, fantásticas y de cienciaficci ón, sátiras alegóricas, polémicas dialécticas y parodias metafísicas. En todas las narraciones alternan las modalidades fantástica y realista, entre los personajes, ya alegóricos y maravillosos, ya realistas, de tipo secular y religioso; muchas veces reconocemos un alter ego de Monsiv áis, experto de la cultura popular, cínico profesional y “el ironista orgánico de la Ciudad” (97). En conjunto, las fábulas son sátiras sociopolítiYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY 215 cas del México de la crisis de los ochenta – es decir, del México desde tiempos coloniales.1 Como demuestro en Carlos Monsiváis: Culture and Chronicle in Contemporary Mexico, no es éste el único lugar donde el cronista mexicano ficcionaliza su realidad. En este estudio, sin embargo, quiero presentar algunas lecturas del Monsiváis ficcionalista, aunque convenga patrullar por la frontera difícil que los críticos se esfuerzan por defender entre la fantasía y la realidad, entre la ficción y el hecho – o la historia, la crónica y otros géneros de la no ficción –, porque ésta es la frontera que Monsiváis cruza cuando se convierte en escritor de cuento. La frase de mi título – “el referente relegado” – alude a la realidad documentada, a los hechos que el reportero-cronista tiene que dejar visibles y constatables mientras narra para que el lector pueda averiguar que el contenido de lo narrado no es inventado sino verídico. La materia prima de la crónica son los hechos, que son “assertions about the world open to independent validation” (Schudson 5). Puede presentarse de manera literaria – un texto no-ficcional puede ser objetivo por su referente real y literario por su presentación sintética de la historia (Berkhofer 444) – pero a fin de cuentas, el efecto artístico no puede eclipsar el fundamento referencial . No obstante, lo que finalmente arbitra entre crónica y cuento, es la voz – el punto de vista – del narrador. Como reportero de la verdad, el narrador-cronista es la misma persona que el autor, individuo de carne y hueso, con fama y autoridad a quien los lectores pueden juzgar. Como raconteur de la fantasía, en cambio, el narrador-cuentista existe en un mundo inventado aparte del autor, ya sea que participe o no en los sucesos que viven los personajes. El cronista tiene que cuidar que su voz mantenga una distancia irónica y moral de lo que narra y que su narrador siempre sea percibido como idéntico a él mismo, el autor con código postal y amigos que le llaman por...

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