Los inicios de la obra literaria de Gabriel Miró: Del vivir (review)

Después de su exhaustiva edición de las Obras completas de Gabriel Miró (2006-2008), en este libro Miguel Ángel Lozano Marco se ocupa casi exclusiva —y no menos exhaustivamente— de Del vivir, la tercera novela del autor alicantino. La bibliografía crítica que ofrece el profesor Lozano Marco evidencia la limitada atención que ha recibido este relato (de hecho, la producción mironiana toda), falencia que se propone subsanar con su trabajo. Una de las razones más acuciantes para estudiar Del vivir es que allí se produce la primera aparición de Sigüenza, un personaje emblemático de la narrativa de Miró que cobrará mayor importancia en sus subsiguientes escritos. La relevancia de este relato temprano radica en lo que revela tanto sobre la obra mironiana en sí como sobre la conexión de esta con las letras europeas en general y con la literatura española en particular, especialmente en lo atañedero a la evolución del género novelístico. De hecho, la principal contribución de Lozano Marco estriba en mostrar la trascendencia nacional e internacional de un novelista muchas veces visto como irremediablemente provinciano.

El cuerpo del estudio se estructura en dos partes. En la primera, titulada "Gabriel Miró en la literatura española", contextualiza la obra mironiana dentro de la tradición española, sin descuidar los vínculos internacionales. "Del vivir, primer libro de Sigüenza" es el título de la segunda parte, en la que se analiza la novela de un modo acaso algo desactualizado —centrándose en los personajes, en la estructura y en temas como la religión y la naturaleza—, pero no por ello irrelevante. El análisis también incluye el interesantísimo "Apéndice", que se halla en la primera edición de la misma novela, no así en las posteriores.

Del vivir sale a la luz en 1905, pero pese a que conste como la primera novela de Miró en la edición de sus Obras completas que comienza a publicarse en 1926, no lo es. Las dos primeras novelas mironianas, en rigor, son La mujer de Ojeda (1901) e Hilván de escenas (1903), relatos que el novelista repudia casi de inmediato. Lozano Marco incluye un análisis de estas obras que, junto con su estudio de los artículos que a la sazón publicara Miró, componen una reveladora exploración de la producción del autor alicantino en los años inmediatamente anteriores a la composición del relato en cuestión.

A partir de la discusión de las dos novelas mencionadas, Lozano Marco explica el complejo entramado intertextual que vertebra Del vivir e intenta darle a la obra el sitial que merece dentro de la compleja escena literario-intelectual de la España y la Europa de entresiglos. En uno de los pasajes más significativos del libro, el crítico pone en tela de juicio la presunta anomalía de la obra mironiana, extendiendo esta apreciación a las letras españolas. Solo si se observa la producción del alicantino y la de su país en forma aislada se puede llegar a formar esta imagen, por lo que recomienda destacar el lazo con autores como "[Marcel] Proust, Virginia Woolf, James Joyce, Alan Fournier, André Gide" (35).

Acota Lozano Marco que esta limitada apreciación se debe en gran parte a la periodización generacional prevalente en el estudio de las letras españolas, que califica de reduccionista. Propone, en cambio, examinar tanto la narrativa de Miró como la literatura española toda dentro de corrientes epocales omnímodas —por ejemplo, el modernismo europeo—, que congloban a autores como los cinco nombrados. De hecho, debe matizarse la periodizaci...