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DEFINICIÓN DE RETORICA Y CUESTIONES DERIVADAS EN LA LITERATURA MEDIEVAL CASTELLANA: ELAFERMOSAR LA RAZÓN Jesús Montoya Martínez Universidad de Granada Mi interés por la retórica medieval tiene su origen en una decepción. Decepción que se origina al leer lo que afirmaba allá por los años treinta Edmond Farai, el seguidor más fiel de J. Bédier, el gran romanista del siglo XIX. Decía en La chanson de Roland (1934) que en la épica y, en general, en toda obra medieval romance no había que buscar un estilo refinado, ya que el medieval lo que menos buscaba erala retórica, pues sólo le interesaba la transmisión de lo recibido y esto con afán didáctico. No sólo él sino muchos otros han sido, y son aún ahora, de la misma opinión; hasta el extremo que se ha querido pasar por alto, hasta hace bien poco tiempo, considerar el estilo de nuestros autores medievales romances (James J. Murphy, en 1999), y con él, negar las aportaciones hechas por los mismos al acervo cultural de la lengua y literatura y a la suma de conceptos retóricos que en ellos se dan,1 entendiendo que su literatura era sólo un vehículo bastante mediocre de transferencia de la cultura de la Edad antigua, con muy poco de 1 No seríamosjustos si no recordáramos aquí los ya clasicos trabajos de Dámaso Alonso, "Berceo y los topoi"; Joaquín Artiles, Los recursos literarios de Berceo; Carmelo Cariano, Analisis estilístico de "I^os Milagros de Nuestra Señora"; Agustín del Campo, Carlos Foresti y Germán Orduna sobre la técnica literaria del Prólogo de Berceo a sus Milagros (entre los años 1 944 a 1 967); sobre este mismo asunto hayque destacar los trabajos de Porqueras Mayo; así como el magnífico artículo de Ermanno Caldera, "Retorica, narrativa e didattica nel 'Conde Lucanor'". Más recientemente Aníbal Biglieri publicó Hacia una Poética del Reíalo didáctico, enelque intenta establecer una narratología a través de los ejemplos allí analizados. La corónica 34.2 (Spring, 2006): 11-30 12Jesús Montoya MartinezLa corónica 34.2, 2006 creación y de entretenimiento en sí misma.2 Todo lo más que se le ha concedido a la literatura medieval es su didactismo. No dejando de ser esto verdad, no podemos olvidar que la actas medioevalis no es sólo un mero gozne donde gira la historia literaria, tal como la concibieron los fervorosos del Renacimiento, sin otro sentido que el que puede darle el mero sostén de su presencia histórica. Este criterio ha sido elaborado por quienes, entusiasmados por los siglos esplendorosos del Renacimiento, estimaron que éste se basaba en la superación de una edad de barbarie y oscurantismo, elementos propios de la Edad que les había precedido y que fueron superados por unos autores que rehicieron la Historia a base de recurrir nuevamente a la antigua Grecia y proponer como centro de reflexión al hombre como objetivo máximo del pensamiento renacentista. Olvidaron de modo beligerante y aun agresivo que la Edad Media la constituyen como mínimo cinco siglos que no se pueden echar en saco roto ? que su ideología fue la base donde se cimentaron muchos principios del propio Renacimiento ? fue en muchas de sus manifestaciones anticipo de otras muchas más. Bastaría recordar lo que supuso interpretar las sentencias y doctrinas de los santos Padres y formularlas con un lenguaje tan rudo y elemental como fue el primitivo romance. Desde hace años mi equipo -v vo personalmente- venimos demostrando que el medieval no sólo era consciente del docere como fin de la retórica (Montoya, "La conveniencia retórica"; Montoya e Isabel de Riquer, El prólogo literario en la Edad Media), pero no fue sólo una etapa de indoctrinación, sino que tuvo para sí y para los otros una "norma" retórica que respetaba a la hora de adornar sus obras (darles color retórico) de manera que...

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