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PARA LEER EL ESPACIO EN EL POEMA DE MIO CID: BREVIARIO TEÒRICO Simone Pinet Cornell University Itinerarios Avuelo de pájaro, la estructura del Poema de Mio Cid se nos presenta en dos tramas engarzadas dispuestas en tres espacios -el de la frontera, Corpes y Toledo-, articulados por tres itinerarios: el del destierro, el de Corpes y el de Valencia. Las discusiones sobre el espacio en el Cid, con algunas excepciones, se han teñido siempre por la búsqueda o la insistencia en la relación con una historicidad, en su sujeción a una verificabilidad. Es decir, se han estudiado sus espacios como instancias de la geografía, usualmente con el objetivo de encontrar "la patria del poema", como diría Menéndez Pidal, que sustente una figura autorial. Otro tipo de estudios, en los que se documentan fuentes posibles para episodios específicos —enfatizando el carácter culto del poema- subrayan, de modo indirecto o explícitamente, la filiación literaria de tales espacios, la cual aparentemente contradice la dependencia de una geografía real. En ambas lecturas, el espacio se ha entendido sobre todo a partir de la toponimia (la palabra 'espacio' se usa, de hecho, tan sólo dos veces en el poema). La dificultad de ubicar con precisión muchos de los topónimos (Alcocer o Corpes, pero también Espinaz del Can, Figueruela, Ansarera, Frontael (?), Griza, Río d'Amor) ha llevado a las más variadas y divertidas hipótesis, por no hablar de los innumerables viajes que ha inspirado. Pero, más allá, esta dificultad -y es a partir de ella tal y como escribo este texto- deja entrever la articulación de un espacio literario que se construye por encima de un escenario histórico-geográfico, y que, por extender la cuestión a la de la autoría, nos dejaría frente a una composición de carácter culto, sofisticada. Alcocer y Corpes, por tomar La corónica 33.2 (Spring, 2005): 195-208 196Simone PinetLa coranica 33.2, 2005 los ejemplos más discutidos son espacios en los que convergen el itinerario y la retórica, en los que los lugares comunes de cada uno provocan rasgos, definen siluetas, ritmos. Son muestra de la compleja trama que constituye la producción del espacio no sólo en el Poema de Mío Cid, sino en la literatura medieval en general.1 Si bien la presencia de enumeraciones toponímicas -detonador previsible de nociones sobre espacio— encuentra una filiación directa con la cartografia en el género del itinerario (la cual explica de algún modo la defensa "realista" del Poema)," ésta ha encontrado también filiaciones literarias, por ejemplo, con el cantar de gesta francés.3 La filiación cartográfica resulta interesante porque sirve como arma de dos filos: insiste, desde un criterio moderno que imagina una cartografía científica para la Edad Media, en la "verificabilidad" del Poema (y como consecuencia, en el uso práctico o el carácter experiencial de tal geografía), y por otro, aleja esta misma geografía "real" de la experiencia directa de un posible autor, que dependería entonces de los mapas, insistiendo en el carácter puramente literario de la toponimia.4 Para estudiar el Poema en sus articulaciones con la cartografía, en principio, se debería pensar en el mapa como texto histórico, legendario y sobre todo simbólico. Es decir, medieval, mucho más cercano en sus operaciones a la retórica y, por ende, a la literatura del periodo. La cartografía como referencia no es, en este sentido, garantía de verificabilidad, como un vistazo a cualquier mapa de la época puede mostrar. Lo que sí puede decirnos un mapa del periodo es que la producción del espacio en la Edad Media tiene tanto que ver con la geografía como con las relaciones sociales, la literatura, la economía y la política. El espacio medieval -cartográfico, literario- se produce desde coordenadas específicas, se historiza, se practica, se escribe de modo distinto que el nuestro. En este sentido, estas páginas intentan...

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