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QUEENSHIP EN LA CORONA DE ARAGÓN EN LA BAJA EDAD MEDIA: ESTUDIO Y PROPUESTA TERMINOLOGICA Nuria Silleras Fernández Universität Autònoma de Barcelona De una reina medieval se esperaba que fuese piadosa, caritativa y educada, que alumbrase una serie de hijos, sobre todo un primogénito, y que ofreciese una imagen pública y ceremonial de la monarquía. Esta idea de la perfecta reina no incluía aspectos tales como la participación activa en la política o la gestión del propio patrimonio, que podía ser administrado por oficiales de la cancillería. Entre sus inevitables apariciones públicas destacaban las ceremonias que acompañaban la coronación y los funerales, junto a otras fiestas y celebraciones. Para recordar la humildad de Cristo debía ser piadosa y liberal con sus limosnas destinadas a los pobres, a los necesitados y, principalmente, a los religiosos. Empero, a esta visión teórica y más o menos deseada por sus contemporáneos hay que contraponer una realidad práctica en la que la figura de la reina se alza y cobra importancia en el gobierno del Reino. Así, algunas monarquías excluyeron a las mujeres del gobierno de manera expresa, sin embargo otras fueron menos tajantes, permitiendo que las reinas fueran lugartenientes o regentes y hubo algunas en las que las mujeres no sólo heredaron el trono sino que gobernaron por derecho propio. En la Corona de Aragón las mujeres, en la práctica, no tuvieron acceso al trono, si bien en determinadas circunstancias llegaron a asumir las más altas tareas de gobierno a través del ejercicio de la lugartenencia y, en general, hicieron valer su influencia ya fuera por vías formales o informales. Precisamente este artículo presenta un ejemplo paradigmático de las relaciones de las mujeres con el poder, de sus La corónica 32.1 (Fall, 2003): 119-33 120Nuria Silleras FernándezLa corónica 32.1, 2003 deseos y acciones por ceñir y conservar la corona, presentándose María de Luna, una reina que ejerció de lugarteniente de su esposo ausente; Violante de Bar, una reina que como viuda luchó por no verse relegada a una posición marginal; yJuana de Foix, una infanta que reclamó su derecho al trono como primogénita de su difunto padre. Se trata de un estudio de queenship, vocablo que pone al descubierto la inexistencia de una terminología apropiada en lengua castellana para denominarlo. Consecuentemente, en la segunda parte de este artículo, se plantea una propuesta terminológica de queenship en castellano para que, a partir de la incorporación del nuevo concepto, sea más factible el desarrollo de estudios y de análisis sobre esta temática. Estudio: un controvertido acceso al trono1 El 19 de mayo de 1396 fallecía el rey de la Corona de Aragón Juan I (reinó 1387-1396) conocido con los evocativos apodos de el Descuidado, el Cazador y el "Amador de la Gentilesa". El monarca moría solo, en extrañas condiciones, practicando una de sus aficiones favoritas -la caza- y sin tener ocasión de recibir el sacramento de la confesión. Juan I no tenía herederos varones, dejaba en cambio dos hijas, Juana y Violante, fruto de sus dos matrimonios. Según la costumbre, el derecho, y los testamentos de Juan I y de su padre, la sucesión debía recaer en su hermano, el infante Martín, que desde el año 1392 se encontraba en Sicilia ayudando a su hijo, Martín el Joven, rey de Sicilia, a controlar dicha isla. En este contexto María de Luna, casada desde 1372 con el infante Martín, tuvo que hacerse cargo del trono en nombre de su esposo. Apoyada por los consejeros de la ciudad de Barcelona, las cortes y otros magnates, se declaró reina y lugarteniente general de la Corona de Aragón y formó un consejo de gobierno.2 Entre las primeras medidas dispuestas se informó al infante-duque Martín de su nueva condición de monarca y, asimismo, 1 Las siguientes abreviaturas han sido utilizadas en...

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